y me lo estoy creyendo. El vínculo maternal del chimpaces al hombre me cuesta creerlo. Y me es más simple y menos complejo el pensar que no somos de este planeta y que fuimos traidos aquí como parte de un cataclismo ocurrido en nuestro planeta de origen. Que, quizá, estuviéramos igual de lelos que lo estamos ahora. Un poco menos. Dado que el hombre proveniente de las estrellas -nosotros-, nos estamos aclimatando a este planeta y elevando la consciencia que anima a la diosa que lo gobierna. Gaia, la Tierra, es la madre adoptiva que nos acoge temporalmente, hasta que tengamos vía libre para acudir a la que se nos dio por vibración. La Tierra contamina nuestro organismo, y el Sol doblega nuestra voluntades consiguiendo neutralizar la fuerza que nos hace inmortales. Tan es así, que los antepasados terrestres tuvieron que vivir bajo la corteza terrestre evitando que el Sol descompusiera la computadora cerebral. Este sol que nos alumbra actualmente, está más cerca de la tierra que lo estuvo hace milenios, consiguiendo que los pobladores sucumbieran a su Naturaleza, a través de la muerte.
El Cielo no se consigue muriendo y dejando el cuerpo en tierra. El Cielo se consigue de la misma forma que nos han dicho lo consiguió Jesús: transformando la materia en átomos..., y subiendo con el mismo cuerpo, por los siglos de los siglos... o no.
Aquí tenemos de ejemplo a los egipcios venidos de otros signos zodiacales y sucumbidos a/ y por la atmósfera. Y eso que ellos tenían métodos más adelantados de los que nos dejaron a nosotros aquellos que nos trajeron. Este planeta ha sido siempre una guardería para seres humanos carnívoros. Los seres humanos herbívoros fueron distribuídos a planetas con esas cualidades. Nada que ver con las plantas existentes en la Tierra.
¿Qué fue de los pobladores anteriores?
Fueron sacados y diseminados en distintos grupos hacia nuesvas tierras. Menos, aquellos, que quedaron por estar demasiado parasitados. No hay tantas momias como deberían de exisitir, después de tamaña evolución faraónica. No se han allado tantos cadáveres como nos demostraría una vivencia terrícola continuada. A la gente nos traen por X, y la vuelven a llevar a su lugar de origen por otra cosa que se me escapa. Tal vez, nuestras costumbres, no estén siendo manifestadas conforme a nuestro plano mental. No sé.
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