miércoles, 11 de mayo de 2016

cosas de buitres


El proceso de construcción de un Estado Mundial pasa necesariamente por el desmantelamiento del actual sistema de Estados-Nación. Ello debe hacerse de forma gradual e imperceptible a través del regionalismo y mediante el mantenimiento de la farsa histórica. La estructura supranacional más avanzada del mundo en materia de integración y cooperación es Europa, que debe servir como modelo a seguir para el resto de bloques que se están conformando al mismo tiempo alrededor del planeta. El programa para una Europa verdaderamente unida se articula entorno al proyecto de los Estados Unidos de Europa, que una vez constituidos deberán quedar subordinados a los Estados Unidos de América en el seno de un gran bloque transatlántico que trataría de extenderse en el futuro por toda Eurasia. Para ver el nacimiento del bloque transatlántico se hace indispensable reconfigurar todo el territorio europeo fragmentándolo en pequeñas regiones etnolingüísticas que puedan ser controladas directamente desde Bruselas, dando paso a la Federación Europea. El nuevo mapa de Europa solo es posible si se logra la desintegración de los actuales Estados miembro de la Unión Europea, comenzando por España.
La desintegración de España dependerá básicamente de cómo se incida sobre los distintos factores en los que se sustenta su unidad y cohesión; los separatismos, los iconos y símbolos nacionales, el patriotismo y la estabilidad interna. El más importante de ellos es el separatismo y será precisamente la cuestión de la independencia de Cataluña el detonante de un conflicto que puede proporcionar a España un destino análogo al de Yugoslavia.
El caos que puede llegar a desatarse en el proceso de descomposición deberá mantenerse siempre controlado evitando en todo momento que se produzcan situaciones que puedan resultar adversas. En el control del caos y el manejo de la situación estarán especialmente implicados los medios de comunicación, que permitirán generar el descontento social pertinente, erigir nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos que desplacen a los de la oligarquía local, ejecutar operaciones de desprestigio y chantaje y aplicar las tácticas de desestabilización y movilización necesarias. El éxito del plan recaerá básicamente sobre el control que se tenga sobre ambas partes del conflicto, incluido el ejército, siendo el sector español genuinamente patriótico el factor de riesgo más importante a tener en cuenta a la hora de prevenir el caos total.

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