parece ser que está probado, por un científico americano, que tenemos un segundo cerebro en el abdomen, y que la red de neuronas que recubre nuestro intestino serían las transmisoras de la información de muchas de nuestras necesidades.
Lo paradógico sería pensar si nuestros políticos tienen lo mismo. Porque nos están demostrando que carecen del cerebro pensante..., cuanto, menos, del intestino o instintivo. Menuda patulea de inservibles señores al servicio de los ciudadanos. El caso es, que hay que invitarles a mirarse el ombligo para saber que hay otros como ellos: con ombligo. Aunque dudo que haya alguno que tenga ombligo: deben pertenecer a esa red de secretos insectos venido del plano exterior.
Nos han vendido a los poderes árabes. A aquellos hermanos del abdicado, Juanca. Han vuelto los hijos del RAmadán, a cumplir el mandato de Mahoma: acabar con los infieles. Y terminarán cumpliendo su demanda dada la cantidad de anticatólicos que ya hay por todo el litoral mediterráneo y que no más que robar, agredir, vender a la joven morita por las playas para atracar al desventurado que quiere le haga un trabajo sexual. ¡Qué vergüenza de gentuza nos ha llegado!
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