Empezaron a inculcarnos que deberíamos ser como las ovejas, cuyo pastor sería Jesús. Pues de este simple hecho, ahora nos dicen que para que a Jesús no se les descarríen las ovejas necesitan llevar un micro chip introducido en una parte de su cuerpo. Espero, dicen las féminas, y las no tanto, que pueda llevar una pila duradera y pueda vibrar. ¡No quiero imaginarme en qué parte del cuerpo prefieren se les ponga! Allá cada uno. Lo verdaderamente impresionante es que los individuos seamos tan fáciles de mentalizar. Ser oveja no es más que una mezquindad de las religiones que no quieren individuos con mente propia. Y, en segundo lugar, tampoco les interesa a los poderes fácticos políticos y demás organigramas, que los individuos anden en desorden sin que sepan dónde te metes. El microchip está a las puertas y, según la NBC, van a empezar por la seguridad de los menores. Las madres a quienes se les ha hecho la entrevista del microchip están rebosantes de alegría porque de esta forma los niños no se les perderán dentro de los grandes almacenes. Sin saber que a los niños que lleven un grano, como de arroz, les cortarán la mano si saben que lo llevan incorporado en ese lugar... No me quiero imaginar que aquél pobre niño se lo hayan incrustado en otro lugar y le desguacen para sacárselo. Aquellos individuos que viven de robar niños, el microchip no les va a impedir secuestrarlo. Porque: hecha la ley hecha la trampa. No, no hace falta que nos implanten ningún tipo de aparato dentro del cuerpo, lo que necesitamos es que las fuerzos y cuerpos de los Estados estén coordinados a escala mundial, para que los malos no hagan maldades. No, mejor es que nos introduzcan aparatos con la incongruencia de la seguridad y sea. a la larga, un sistema de genocidio colectivo y auto consentido.
Me pregunto, sabiendo lo que sabemos sobre los políticos y sus políticas, ¿por qué somos tan memos y les consentimos todo lo que sus señorías quieren hacernos? Algún día deberemos levantarnos contra el sistema globalizado de mierda que nos están inconculcando, y decirles NO cuando no estemos de acuerdos en sus previsiones, que sin duda no serán las nuestras.
¿Qué haremos cuando nos demos cuenta que el micro chip no es la panacea de la seguridad? Ya no habrá vuelta atrás, ya lo llevarás incorporado como un gilipollas al que se deja que le hagan todo tipo de putadas. Y si intentas quitártelo porque consideras que está a flor de piel, te darás cuenta que el aparato ha producido una serie de agarres hacia adentro de la carne y no podrás sacarlo, sin la intervención quirúrgica: intervención que no habrá médico que la practique porque se jugará su trabajo, y tal vez, la vida, en ello.
Nos están diciendo que los sistema wifi son cancerígenos y que afectan a las médulas cerebrales. Nos están diciendo que todo lo que nos rodea tiene alto contenido en ondas que afectan a nuestra mente, y nos dejamos manipular por la facilidad conque haremos las compras, las visitas al médico, y pasamos por los arcos de los aeropuertos y puertos. Ya no hará falta que te molestes en dejar las cosas en las cintas, sólo con que entres en los arcos te verán desnudo y el chip les indicará todos los datos personales al ordenador de entrada. ¡Qué bonito! Y sobre todo cuando podamos coger al niño -como si de un paquete se tratara-, y pasarle por el detector el código de barras.
Siempre hay una entre millones que estará encantada con que a su hijo le coloquen un robot atontador. El tiempo nos dirá si desde un sillón -vaya ud. a saber-, un individuo le da por pasarse el rato trastocando los chips e introduciendo frases inconexas en las mentes de esos mismos chavales. Eso, sí, sería la primera mujer en el libro ginness que diera su consentimiento para tal mecanismo robotizador.
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