viernes, 15 de abril de 2016

otra de risa

los responsables del sindicato Manos Limpias han sido detenidos por la policía por extorsión a entidades y a particulares. 
Manos Limpias pidió 3 millones por retirar la causa de la InfantaEl abogado de la infanta, Pau Molins, ha denunciado, a Manos Limpias, por posible extorsión y chantaje. Les pedían un buen puñado de euros (3.000.000 millos) a cambio de no influir más en el caso de la infanta y su chulo. Han dado a entender fuentes bien informadas de la casa Real. 
Ante semejante información deben estar de enhorabuena todos los chorizos políticos a los que Manos Limpias ha puesto ante la justicia. Ahora resulta que los más chori eran los que denunciaban a los otros chori. ¡De puta pena!
No me extraña que las denuncias se vayan acumulando en las mesas de sus señorías con la cantidad de ellas que entran diariamente por culpa de los chorizos políticos y de los chorizos callejeros y de  los chorizos sindicales. No me extraña nada que los chorizos de otros países se vengan a chorizar aquí, porque cuando vienen a salir las sentencias están todas caducadas como el yogur. Amén, de que algunos estén compinchados con algunos jueces que les dejan sus cargos policiales, en la base de la bandeja, cuando llega a su posición alta de los pliegos. Y vuelta a empezar. De este modo tenemos a todas las mafias del mundo operando en España: con total impunidad, y codo con codo con los etarras afincados en las atministracciones públicas vascas. Todo un mar de buenismo en la piel de toro. Ya no sabemos quienes son los buenos y quienes son los malos. Ahora están todos revueltos por lo que pasan de ser buenos a malos y viceversa.
Por tanto, la judicatura a llegado a la conclusión que la infanta y su chulo pueden llevarse la pasta de Nóos e irse, tranquilamente, a vivir a Suiza; del mismo modo que pueden volver a España porque su caso es súbyuce. Podrán ir tranquilamente a fiestas y fiestas de guardar, sin que ningún paparaci les puedan hacer fotos o preguntas. Estarán exentos de todo, y, por supuesto, intocables. 
¡Así cualquiera!, podríamos decirnos, pero no. No nos lo podemos permitir. Es verdad que hay algunos intocables en cuanto a decir en voz alta lo que piensa de todo este embrollo de dires y diretes; de actos chulescos y salida de burros. Pero cuidado con lo que se dice y se piensa: que en ello está la penitencia.

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