Los científicos han calificado a su momia como su "paciente más anciano jamás tratado". El Centro Médico Meander
de la ciudad holandesa de Amersfoot ha usado un escáner de tomografía
computerizada para tomar imágenes del cuerpo de dentro de la estatua, y
un endoscopio para examinar las cavidades abdominal y torácica.
Se cree que la momia puede pertenecer a Liuqan, un monje budista
que murió en China alrededor del año 1.100 después de Cristo. En su
examen, los investigadores hallaron que los órganos internos,
aparentemente, habían sido extraídos, y que el espacio se había
rellenado con "trozos de papel con antiguos caracteres chinos pintados". Eso ha afirmado el hospital en un comunicado de prensa.
La estatua estuvo expuesta el año pasado como parte de la exposición Momias: Más allá de la muerte en el Drents Museum de los Países Bajos, y era la primera vez que salía fuera de China. Según un folleto del evento, este podría ser un caso de automomificación.
Estos monjes solían sobrevivir a base de agua, semillas y frutos secos a lo largo de mil días, y después solo a base de raíces, corteza de pinos y un té tóxico hecho a partir de la savia de un árbol típico de China llamado árbol de la laca durante otros mil días mientras permanecían encerrados dentro de una tumba de piedra, según el CNET.
Los monjes podían respirar a través de un pequeño tubo y podían tocar una campanilla para hacer saber al resto del mundo que seguían vivos, según ha explicado Business Insider Australia. Una vez que la campanilla paraba, los dejaban dentro durante otros mil días. De aquellos que era momificados se decían que habían alcanzado la iluminación, según ha explicado el museo Smithsonian.
No está del todo claro si el monje Liuquan se automomificó o no, pero el
hecho de que sus órganos fueran sacados de su cuerpo y sustituidos por
trozos de papel sugiere que ese podría no haber sido el caso.
Ahora la estatua se puede ver en Hungría, en el Museo de Historia Natural de Budapest.
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