Como todos aquellos que han vivido cómodamente vistiendo de negro cucaracha o de purpurado, les resulta placentero cuando se despiden de la Iglesia y hacen de su capa o vida, un ensayo distinto y mundano.
El Rouco Varela, de la 13 tv. y de los seminaristas etarras, se ha mudado a un ático de 370 metros cuadrados y que ha costado a la Iglesia medio millón de euros. Esto para que se enteren los del golpecito de puño en pecho, de misa diaria y peticiones para los pobres del mundo. Este céntrico edificio junto a la Catedral de la Almudena cuenta en cada
planta con dos viviendas de seis habitaciones y cuatro cuartos de baño. Estoy seguro que la ha comprado para los mochileros del Camino de Santiago o, de ayuda humanitaria para los pobrecitos negros y sudamericanos. Algo de eso debe de ser. Me parece mentira que este buen compromisario religioso se haya embarcado en esa monumental vivienda.
Todos sabemos que Su Santidad Franc -para los amigos-, le echó con cajas destempladas del palacio arzobispal y de la vida política de la Iglesia. Y ésto -me da -es un ¡jódete, Fran!
Dicen que la diócesis tiene obligación de cuidar de aquellos obispos que se retiran pero... cojones, menuda forma de retirarlos. Y aquí entran los muchachos etarras que ha tenido siempre a su haber y saber estar con Rouca para echarle una manita de las arcas del país vasco para encauzar la vida contemplativa y de putiferio vario, que va a llevar el santón de Rouco... Y si no que se lo pregunten a su sobrina, que menos bonito le dijo de todo por televisión. ¡Con un par!
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