lunes, 3 de diciembre de 2012

mientras Europa

nos cobra los altos intereses de los préstamos solicitados para rellenar los agujeros que han creados nuestros políticos y banqueros, que son lo mismo; la invasión sudamericana vienen en tropel a cobrarnos los intereses por la conquista de sus tierras y el oro que se trajeron los españoles allá por el año 1492; hace aprox 520 años ya. ¡Cómo pasa el tiempo!
Está claro que la historia ha cumplido en el tiempo, y es muy posible que la nuestra no confluya con la de aquellos presidentes sudamericanos con ganas de incarle el diente a la abuela España, por pensar que aún queda oro bajo los colchones de nuestros antepasados y por lo que según estos incautos: nosotros vivimos tan requete bien.
Es por ese pasado oscuro para mí, que los gobiernos sudamericanos en conjunto mandan a sus paisanos, a los que no tienen ni para darles de comer, a saquear todo lo que se les ponga a tiro en España sin que nadie tenga la osadía de ponerles freno. 
Los que yo conozco se pusieron un locutorio y a través de él venden móviles robados, blanquean dinero de la droga y en B, y sustraen la luz y el agua, con total impuniad, de la finca donde está el bajo. Este es el tipo de individuos que nos han enviado los gobierno de sus respectivos. Esta es una marabunda de dos patas, que no tienen en el cerebro más que el arramplar con todo lo que nos puedan quitar a los españoles. En cierta ocasión me contó una vecina que, una de sus amigas tenía a una sudamericana para hacerle las labores de casa. Dormía en el domicilio, le pagaba religiosamente, comía con la señora, tenía todos sus papeles arreglados con la seguridad social y un día apareció en la casa con otra persona, hombre, que se lo presentó como pariente. Al parecer había venido unos días y volvía a su país cosa que ella aprovecharía también para acompañarle y estar unos días en su lugar de nacimiento. Un día antes de la despedida con la dueña del piso, se le llevaron la ropa de cama: sábanas, mantas; cosa del marido que había muerto y un suma y sigue en la proeza y destreza de estos pobres hombres y mujeres que vienen a trabajar.
¡No somos más tontos porque no hemos nacido unos días antes!
Ah, están trabajando en la naranja y en el campo en general y se van a comer a los comedores sociales, las igllesias evangelistas, iglesias cristianas, y banco de alimentos de donde salen con los coches llenos de cajas que más quisiera un español para sí. 
En fin:  "de fuera vendrán que de casa te echarán "

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