El día que me lo eche a la cara se las va a ver conmigo. Le voy a dar un abrazo de amigo. ¡Qué digo de amigo, de hermano! De todas maneras se han demorado mucho en dejarles sin sueldo dado el destrozo -comprobado-, que han hecho en Cataluña. Ahora solo falta que el huido venga a España a recoger el acta de diputado. Ha conseguido entrar donde no le dejaban en Bruselas, gracias a que le han dejado un pase de visita, acompañando a otro eurodiputado. Si no, no hubiera habido tal distingo.
Va siendo hora que los chuletas del Barrio, llamado Cataluña, sientan en sus carnes las llagas de la pasión. Y sepan que han sido niños malos, muy malo, y se les castiga por ello. Si todos somos iguales ante la Ley, es necesario que yo me sienta querido y protegido por esa Ley que nos hace iguales. El escarmiento con látigo de siete colas es necesario, como cisma a la pasión Aria.
Parece ser que Jesús fue un ario. Alto, fuerte, ojos azules, mirada penetrante y pericia de luchador. "Yo vine a coger la espada": -dijo. Y sobre esas palabras, Junqueras, ha hecho suyas. Y más de uno le han confundido con el Crucificado. No hay más que mirarle para darse uno cuenta que son clavados. Aunque, también, tiene un tope de especial talante a Alain Delon.
Este hombre está destinado a fascinar en la fuente de la imagen como es el cine. Junqueras a Hollywood: de actor principal en el Gran Golpe Final Catalán. ¡Nos ha fotut El Tribunal!, segunda parte.
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