viernes, 10 de noviembre de 2017

me pinchan y no sale sangre

resulta que, gracias a los exconsejeros, a Oriol Junqueras y los J.J., vuelven  a solicitar entrevistas y cursos para trabajar en correos. Según leo, les llueven las cartas a las cárceles madrileñas de Estremera, Alcalá de Henares y Soto del Real. Imagino que estarán pagando a la mafia china para que designen a un grupo de ídem, a trabajar día y noche, a rellenar los escritos mandados por Puigdemont:
-Tranquilos, que pronto estaré gozando de las maravillas que existen entre los barrotes de vuestros cubículos. No penséis que yo no padezco tanto como ustedes, por la causa; aunque de otra forma.
Vuestro..., desde Bruselas, con amor.
Y esto repetido por los chinos una y otra vez, en los sótanos clandestinos de la mafia, para ser depositadas en correos en sacas de 500 kilos. 
Para los polis de prisiones no debe ser plato de buen gusto tener que leer todas y cada una de las postales y cartas, por si llevan mensaje cifrado o la tinta impregnada de sustancia que se pueda esnifar. Seria curioso ver que, de tanta letra impresa, quedara la carta o tarjeta impoluta para volver a rellenar. Y con el  ruego de que, una vez leídas, se devuelvan a destino para repetir la escritura.
P.D.
Junqueras se queja que no le llega ningún paquete. No vale mandarle alguno con lima o muñecos de truco o trato.
Hace falta tener mendrugos como los polítics catalans catòlic, para que se nos ocurran semejantes idioteces. 
 Pero...señores, es lo que hay.

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