viernes, 10 de noviembre de 2017

algo esta ocurriendo

en el mundo de las estrellas. Hollywood se desintegra como puticlub que era. Ahora resulta que como las estrellas femeninas tienen más años y menos guasa que una compresa mojá... pues hay que denunciar a los actores por donde solo se les puede meter mano: por la entrepierna. 
Cuando querían ser actrices se dejaban manosear porque hasta su mamá las incitaba a ello. Había que ser actriz por encima de todo. Ahora que están ajadas con el paso del tiempo y no se comen una rosca... ha llegado el momento de denunciar a quienes fueron sus mentores, en determinados momentos. Ellas, pobres mías, inocentes ovejas descarriadas, eran objeto sexual para estos hombres sin entrañas. 
Ahora, después de  20 años o más..., y como si ellas no llevan la voz cantante en el romanceo..., denuncian para intentar llevarse lo que más les interesa: la pasta, la pela, el euro, el dólar. Y denuncian incesantemente porque, determinadas féminas iluminadas... -quizá por un capellán de provincias- que se las llevó a confesar a la sacristía y la desfloró delante del crucifijo parroquial. De aquellos polvos estos lodos que, de hablar, podría haber rezado el crucificado.
Todos los hombres sabemos que las mujeres son las que te conquistan, porque son ellas las que tienen la manzana del pecado. ¡Y, bien, que les gusta les muerdan la manzana, cuando ellas quieren...!, y no antes o después. Ahora resulta que, la mordida, la quieren cobrar a coste de la marca Apple. Y qué mejor que denunciando al imbécil de turno. Y, de éstos, en todos los sitios, somos un mogollón.
Lo sorprendente es que, habiendo programas en televisión que nos demuestran lo que estoy diciendo, no tengamos las luces para denunciarlas por puterío infecto y depravado; delante de toda una nación o país o mundo mundial.
Ya basta de estas ímprobas féminas del carajo. Beatas de pollas beatificas y bocatas de ceremonias satíricas. Cáscaras de nuez y anchuras de vulvas de Montserrat.

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