martes, 22 de diciembre de 2015

entremos en materia



Dejemos la cosa clara cuanto antes, por si vuelve a ganar las elecciones el PPSOE y no tenemos ocasión en el futuro:

Los bancos no pueden ser privados. A ver, lo digo con mayúsculas: LOS BANCOS NO PUEDEN SER PRIVADOS. A un banco privado no podemos concederle la prerrogativa de crear dinero, de aumentar la masa monetaria sin ningún respaldo porque luego pasa lo que pasa, que te roban hasta los calcetines. Crear dinero, aumentar la masa monetaria, solo debe poder hacerlo el Estado. Eso es una cosa muy diferente: Por lo menos, todos los españoles podemos ser políticos y llegar al parlamento del Estado. Pero intentad ser banqueros y vais a saber lo que es el ostracismo, porque para ser banquero no hay elecciones: o perteneces a la casta sionista o te comes los mocos.

El propio Emilio Botín, que en paz descansamos, se casó con la hija de un banquero sionista para que su descendencia fuera de la sangre de los elegidos por dios para ser banqueros. Y el rey felón la hizo marquesa en agradecimiento por prestar su chocho a las finanzas españolas. Así que Ana Patri es de la etnia elegida por dios para crear dinero de la nada. Y por eso, su yunta del alma, -Pablo Iglesias, visita el Muro de las Lamentaciones y ofrece su prepucio al mejor postor-.

Permitir la actividad de la banca privada expoliadora es un delito de alta traición a los españoles. UNA PUTA ESTAFA. Los gobernantes son parte de esa estafa. Y todos los políticos del coro también son parte de esa estafa. Los políticos son individuos de muy baja estofa moral, con menos ética que los agentes funerarios, esos que, cuando entierras a tu padre, te dicen que compres un ataúd más caro porque tu padre "merece más" (si lo hubieran conocido alguna vez no se hubieran atrevido, un bidón vacío de CEPSA sin tapa es lo que merecía).

Os voy a decir una cosa que os sorprenderá menos que la subida del IVA en cuanto pase el domingo y vuelva a gobernar el PP. Y es esto: Los políticos saben que van a venderse desde el mismo día que entran en política. Toda su verborrea ideológica y tratamiento de imagen es marketing que trata solo de optimizar el precio de la venta. Y en la estafa económica colaboran también muchos funcionarios corruptos, porque hay funcionarios que no solo sienten envidia de pene, sino también de bogavante y de criadilla.

España necesita un lavado de bajos. Un lavado de bajos urgente, porque se le está pudriendo hasta el chasis. Lamentablemente, el lavado será con sangre y se producirá en las calles, por más que los gobernantes se quieran cubrir las espaldas tildando de terroristas a los desesperados muertos de hambre. Eso no es más que otra canallada añadida. ¿Terrorista, el que reclama justicia y pan?

La banca debe ser pública. La banca privada solo ha de poder prestar su propio capital o el de inversores profesionales: es lo que se llama banca de negocios, nombre que debiera servir de aviso a los idiotas que no se atrevan a entrar en ella.

Muchos dirán que nacionalizar la banca es imposible. A la gente le encanta decir que es imposible. Puede que nacionalizar la banca sea imposible. Pero no técnicamente, eso es sencillo. Porque todos los bancos están en quiebra permanente. A los bancos les deben mucho dinero, desde luego, pero esa deuda no tiene más respaldo que el aire y las ganas de pagar de los deudores. Los depósitos de los clientes no han podido prestarlos, porque la ley lo prohíbe. El dinero que los bancos prestan lo crean contablemente con dos apuntes -/+, uno negativo y otro positivo. Por lo tanto, los depósitos de todos nosotros están seguros sin necesidad de fondos de garantía interbancaria ni de zapateros que garanticen, con la solidez de un pedo de su culo, nuestros depósitos hasta 100.000 euros.

Lo que pone en peligro a los bancos es el agujero creado por sus préstamos. Pero eso es un problema del banco, no de los depositantes. Ahora os diré otra cosa que os hará correr a vuestro banco a sacar toda la pasta. Todo banco puede ser adquirido por un euro. Así de claro lo digo. Ningún banco vale más de un euro. Es el precio que el Banco de Sabadell pagó por la Caja de Ahorros del Mediterráneo, después de que el Estado la alicatase con azulejos nuevos por valor de 18 mil millones de euracos.

Por lo tanto, lo que hay que plantear y exigir como ciudadanos decentes es la NACIONALIZACIÓN ÍNTEGRA DE LA BANCA COMERCIAL. Sin complejos, toda ella. Cualquiera de nosotros que no tenga deudas es más solvente que el BBVA y el Santander juntos. ¿Y cómo cubriremos el Gran Agujero Bancario, suma de todos los créditos concedidos por la banca comercial? El Gran Agujero Bancario se llenará con dinero del Estado creado ad-hoc. Un dinero que será de todos los españoles y que no creará inflación, porque no se va a mover más que para garantizar los pagos y que irá desapareciendo conforme los créditos se amorticen. O sea, lo mismo que hace la banca sionista, pero esta vez en beneficio de España, no de Israel.

Y así se resuelven las crisis como esta o como la Gran Depresión: Nacionalizando, expulsando a los usureros sionistas del negocio y metiéndolos en la cárcel por graves delitos económicos contra el pueblo español. Claro que, si les dejamos reescribir la historia del asunto porque perdamos esta guerra como los paletos nazis, llamarán campos de exterminio a las cárceles, a lo mejor. Pero no conseguirán engañar a nadie. Porque pondremos cámaras web permanentes para que el mundo entero vea que viven como dios, con sus sinagogas llenas de rabinos y sus buenas comidas kosher, aunque luego, eso sí, tendrán que fregar los platos. Y el que se arrepienta de todo lo que ha robado, pida perdón públicamente al pueblo español, renuncie a la nacionalidad española y adquiera la israelí, será trasladado libremente a una cárcel en Israel, donde permanecerá exactamente un minuto, antes de que el Netanyahu de turno lo ponga en libertad como a un héroe nacional.

Pero, supongo que temblará el lector, "¿y si nos expulsan de Europa?" A mí esos miedos me hacen más gracia que un chiste de cornudos. Es como si alguien, sometido a una colonoscopia, dijera "¿y si me extirpan los pólipos?" Pues mejor, ¿no? Si nos expulsan del Euro, la ruina será para Europa. A España le va a afectar menos que las moscas a los muertos. Seguiremos fabricando con nuestras imprentas los euros que necesitemos hasta implantar una nueva moneda, la Pesota, nada de diminutivos.

 Esos euros recién impresos no servirán para pagar deudas internacionales, porque no los aceptarán los usureros europeos. Los usureros europeos saben que no valen ni como papel reciclado, lo mismo que no valen sus propios euros. No necesitamos que acepten nuestros euros. Todas las deudas contraídas con los eurobanksters se cancelarán en el acto. España suspenderá los pagos y pactará uno a uno con los acreedores de los bancos, que van a poner una cara como la de John Turturro cuando pide clemencia en "Muerte entre las flores".

España no debe nada, excepto la deuda pública que mantienen los particulares españoles. La deuda tomada por la banca española con dinero gratis del BCE desaparecerá con la nacionalización. Se convertirá en un cero como un dónut de chocolate.

Ya digo, no hay problemas técnicos. Los problemas son de otro tipo:

El problema será la OTAN, que es el musculoso clembuterolizado cobrador de los Rothschild y del resto de usureros, que, si no se lo impedimos, intervendrá con actos terroristas o con una invasión al estilo de la Libia. A eso hay que responder con honor y con pelotas. Y con inteligencia, si se tuviera disponible alguna, mediante un acuerdo inmediato con Rusia, cediendo bases a su flota en la costa mediterránea y atlántica.

Bien: todo esto es lo que ha estado a punto de suceder en Grecia. Si de Grecia conocierais algo más que su yogur, si hubieseis leído las noticias de los periódicos no solo eurosionistas, sino también rusos, es ce por be lo que proponía Varoufakis, incluyendo mi asombrosa previsión de ceder una base a Rusia en El Pireo: Nacionalización y salida blanda del euro, fabricando más euros y bloqueando las fronteras dinerarias.

Por supuesto, Varoufakis fue traicionado por su propio partido. Tsipras ha demostrado ser un agente de Sión, está dispuesto a matar de hambre a sus paisanos para ganar el aprecio de los eurobanksters. Como todos los anteriores presidentes griegos, que tienen menos vergüenza que una bachata de gatas en celo.

España debe aprender la lección: Nacionalización, cierre de fronteras y acuerdo con la Federación Rusa. Los norteamericanos deben estar todos vigilados, especialmente los funcionarios de la embajada y consulados. Muchos de ellos son terroristas profesionales, agentes de la CIA, colaboradores del atentado del 11M. Con Israel hay que romper relaciones de inmediato y expulsar a todos los sospechosos de pertenencia al Mossad, pues son los creadores, financiadores y agitadores del desnortado fundamentalismo musulmán.

Hay que establecer lazos sólidos con el mundo musulmán, especialmente con el país que le toca más los huevos al imperio anglosionista: Irán. Los musulmanes deben saber que aquí no se les persigue ni se les perseguirá, aunque se facilitará la emigración de los extranjeros hacia Europa. Aquí, el trabajo debe ser para los españoles. Ya sé que suena mal. Pero no lo digo bajo los efectos de un ataque de xenofobia, sino porque de eso va el concepto de estado: de proteger a los tuyos, a los nacionales de tu propio país, no de vaciarles los bolsillos y de putearlos hasta volverlos locos a todos, ¿oído, Rajoy de los putos cojones? Que luego te pegan hasta los niños y te quejas. ¿Por qué no dejas de ser tan soberbio? ¿O por qué no te vas a tomar por culo, que me han dicho que te gusta más que a la Hot Chueca?

Y finalmente, hay que poner en marcha una gran inversión en infraestructuras financiadas por el Estado. Y si alguien pregunta ¿con qué dinero? o tiene muy mala intención o es más tonto que ponerle fecha de caducidad al whisky. ¡Pues con el dinero creado por el Banco de España cuyo respaldo es esa infraestructura, gilipollas, que eres un gilipollas! Dinero que se irá haciendo desaparecer conforme la infraestructura sea amortizada por el uso.

Me acusarán de ser un peligroso nazi o, no sé si aún peor, de comunista come niños. Pero lo que soy es un absoluto digno y medianamente lúcido, sobre todo para mi edad.

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