miércoles, 21 de agosto de 2013

la única diferencia...

entre Benedicto XVI y sus parroquianos era, que nosotros nos acostábamos y nos levantábamos con Dios, sin verlo y oirlo; y el Papa sí, tenía, conversación directa con Él. Al parecer, Dios mismo le dijo que abandonara la presidencia del gobierno del Vaticano. 
(¡A ver si tenemos suerte, y en una de aquellas le dice lo mismo a Rajoy!). 
Y dicho y hecho: no le iba a llevar la contraria a su presidente general. Dimitió. 
Y a tenor de lo divulgado por el Ratzinger Zeta, yo me pregunto qué sustancias deben tomar en esas reuniones satanistas, que les hacen ver y oir cosas del muy arriba y seguir siendo Papa o emérito. 
(¡Deben tomar un revoltijo de pastillas rojas y azules,  muy común entre los jubilados!) 
Para que luego digan que no hacen efecto. 
Así están los jubilados que no paran de bailar, bailar...
Y luego nos dicen que un juez archiva causa de abuso a menor, cuando había sido denunciado el cura por su propia parroquia. ¡Pa mear y no echar gota, mire Ud!
¿Dónde está Dios en estos casos? 

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