acojonante, el sistema creyente psicológico de los del otro lado del charco. No es la primera vez que mencionamos lo que hacen en nuestro país toda esta caterva de fervientes comunicantes con Dios. Al parecer son los mejores contactantes con el Padre. Lo bueno que tienen es, que son más papistas que el Papa y si en el Vaticano se hacían misas negras, éstos son los alumnos directos del demonio, al que tanto nombran. En España no necesitamos tanta demonización, ya con los políticos tenemos más que suficiente. Los emigrantes latinos han conseguido encontrar un medio de subsistencia, que no tenían en su país. Como cualquier hijo de vecino que tiene hambre no les lleves la contraria de ese culto a las emociones típicas de castas materialitas, y vuelcan su incultura espiritual en aquelarres de sábado.
Tenemos muy en cuenta la matanza de 86 evangelistas, 17 eran niños, en Waco, Texas. El caso dió la vuelta al mundo y nos enseñó lo que hay que saber de las iglesias evangelistas del séptimo día, sectas protestantes apocalípticas. A semejanza de Waco, los miembros más antiguos y algún que otro incauto, suelen reunirse a comer el Sábado en alguna de las propiedades rústicas. Como alumnos apocalípticos, tienen en la mente al genocidio como sistema rápido de perdón de los pecados. Para ellos, el solo hecho de vivir, es pecado.
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