Aquí, en España, todo el mundo (ahora más) viene con intención de hacer de su capa un sayo, y con la lección aprendida de que nada les puede pasar. Y ahí tenemos a uno queriendo conquistarnos desde un peñasco. Tenemos a anti españoles jaleando (desde distintos puntos y partidos políticos) para conseguir su propósito, aprovechando lo de " al río revuelto... Tenemos una política lasa con los inmigrados y sus fechorías.
No podemos ir diciendo a los veraneantes que vengan a España porque es segura, cuando se les atraca, se les roba, se les insulta, en nombre de los españoles.
¿Qué hacen diariamente en nuestras calles individuos andando sin rumbo y sin trabajo y sin comida? Lo que hacen es delinguir. Y propiciar a que otros (más avispados) se conviertan en amigos del bocadillo o de plato único solidario, para saciar el apetito personal. Individuos que preparan comidas sin control sanitario; y que son distribuidas para su consumo a estos sin techo.
Y ahora que poco a poco se van dando cuenta de que no es seguro tener un buen chalet o piso o propiedad sin que te den una paliza, ahora, parece, empiezan a tomar conciencia y lo que más me llama la atención es, que han empezado por quitar el agua de las fuentes. Quieren que los inmigrantes abandonen España sedientos. ¿Es eso? ¡Para mear y no echar gota, mire Ud!
¡Qué contento debe de estar quien inventó la Globalización, versus derechos humanos!
Ya hemos aparcado con lo de Bárcenas, el caso Nóos. Con el Peñón estamos olvidando el caso Bárcenas, los Eres, los Mas, los Pujol, y olvidaremos a los palmeros que Cospedal lleva a los juzgados (de donde no debería salir...) Toda una cortina de humo salida de un fuego propiciado por los mecheros de los pirómanos políticos.
Yo creo que, a tenor de los sucesos, la barca de Rajoy se parece más a una patera, que a barco de recreo.
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