Desde este blog quiero pediros tengáis a bien no meteros mucho con el presi del gobierno. Estáis todos deseando aparezca para meteros con él. Es decir, todos contra él. Mariano, ahora, está como el perrito al que han abandonado en la cuneta de alguna carretera. Su cara es un poema, y los ojos caídos suplican misericordia por los meses que lleva en el poder. Él no sabía lo duro que era eso y, aún estando frente a Ruba Calva, no se daba cuenta de lo que la política estaba haciendo en la raya del pelo del contrario. Eso es lo que hace el espejo, te refleja la cara que tienes día a día y no te das cuenta que envejeces. Estoy seguro que Mariano, el Corto, no va a ser el mismo de este evento ferroviario. Como también va a sensibilizar el corazón del ministro de hacienda y bajará los impuestos, como compensatorio equilibrio emocional y hormonal. De igual forma que al juez Ruz, le dispondrá lo suficiente para que el caso Bárcenas quede en una correría de chiquillos desnudos, delante de la policía Local. Total, si son de padres bien, para qué vamos a tocarlos. ¿Y a aquel otro? A ese sí, pertenece a la clase obrera.
¡Qué yugo tenemos con los funcionarios diputados!
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