queda claro, muy claro

Todos los medios de difusión radiofónica, televisiva o escrita, no paran de lanzar al mundo la corruptela en la que España está sumida. La última, la causa archivada a la abuela, el padre y la tía de la concubina del Príncipe, por alzamiento de bienes. Y Rajoy esperando brotes verdes, sin darse cuenta que estamos en verano y que los brotes ahora son difíciles que salgan. Este hombre ha superado las espectativas que los españoles tenían puestas en él. De todas maneras, y sin que sirva para apoyarle: menuda caterva de hijos de puta se han dado cita en las Cortes, en el Senado, en los Tribunales, en cualquier sitio donde han podido meter mano. Menuda falsificación hemos  contratado con el PP. Aznar grita, como gallo en corral, contra la desobediencia de Mariano a la hora de transferir a los españoles la ruta de la política a llevar, en fechas de elecciones. La Espe está que trina y expande mierda vocera al rededor, sin darse cuenta que ella, también, está manchada con el caso Gürtel. ¿Es necesario hacer hablar a Bárcenas, el Capo de la Mafia carcelaria? --Sí. Es necesario que cante o que otro lo haga por él. Pero nada me gustaría más, que ver en la prensa la desaparición del Presidente, del Rey, y de toda las madres que los parió. Y estos dos en Lousanne, pegándose la gran vida a costa del contribuyente español.