ver a estos altos dignatarios darse esas grandes muestras de afecto y singularidad... cuando tienen a sus respectivos ciudadanos fuera de la realidad que acontece a escasas fronteras... da grima y desesperanza.
El Porky de Kim Jon-Un no se ajusta a la pobreza que, como plaga, riega los cuerpos de los norcoreanos, que, de tan delgados, no tienen ni sombra. No habrá dos norcoreanos que se parezcan a Kin Jon-Un en cuerpo y alma. No lo consentiría. Él es el gran Imbécil dignatario.
Mientras la población vive confinada en una pandemia constante de hambre y miseria..., el payaso de Mandatario se contonea como una cerda delante de todos como si se exibiera para la matanza del cochino, en otoño. ¡Qué asco más asqueroso da ese indigesto hombre inmaduro y maleducado!
Y como Putin tiene buena vista para hacer matanzas con cerdos más delgados... éste, Kim, le viene como anillo al dedo. Imagino, quién de los dos, llevará la voz cantante en los momentos álgidos en las negociaciones. No por nada, Putin, fue de la KGB.
¿Qué puede saber un Inútil si nunca sale de su cueva coreana? ¿Qué y de qué puede hablar un misil-torpedo de persona, en la figura de Kim?
Pues naturalmente que de nada.
Un regalito por aquí y cuatro tontadas por allá, y el angelito cae rendido en manos de Putin. Nunca había visto a Putin más aburrido que estando con Kim Jon-Un. No sabe más que reír; como si te contara un chiste y le hiciera gracia a él. ¡Qué cosa más inanimada! Una muñeca de plástico tiene más alegría que Kim Jon-Un.
No hay comentarios:
Publicar un comentario