a Federico, en compañía de Feijóo, en su programa de es.Radio, antes de salir rumbo a la biblioteca municipal. Y me he dado cuenta que todas son buenas palabras y futuribles varios. ¡Vaya!, un ejemplo de lo que nos vende, todos los días, el buenorro de Sánchez, y sus palmeros. Y creo que los ciudadanos estamos más que hartos de que nos vendan la moto y, si no, la burra coja. Porque, señores, todos los días los mercados suben precios con intención de arruinar a quien poco tiene, o de dejar sin comer a quienes no tienen nada. No se pueden subir precios en pandemias con el miedo a flor de piel, o atracarnos, con familiares sin trabajo en las casas. ¿O es que quieren que les vendamos los pisos a precio de saldo, y una vez sin propiedades volver al sistema de especulación inmobiliaria? ¿Es esto lo que llamamos la Agenda 2030 ó Agenda de la Felicidad? No. A esto se le llama genocidio o campo de concentración planetaria. Te dejan viajar libremente a costa de que te gastes los euros en sus hoteles, en sus apartamentos, y puedas dar envidia a otros cuando vuelves a enfrentarte, a la realidad, de la vida cotidiana. Todo ha sido un sueño y un apretón de barriga por la subida, de nuevo, del gas y la electricidad. Y vuelves a convertirte en un contable bancario cuando ves que los niños, esos que iban contigo, tiran de gasto de colegio, de comedor, y otros varios. Y te pones a pensar que..., tal vez..., si lo hubieras dejado para más adelante... te hubiera venido menos apretado. Y volvemos la vista al cielo como si Dios fuera dueño del Mercadona, o tuviera una agencia de préstamos hipotecarios, a mejor interes, más, el euribor.
Nos lo están diciendo contínuamente: <<o morimos o nos matan>>. <<Somos muchos, y por tanto, una carga para el Estado>>. Pero ninguno político se baja el sueldo: subido cada año, ni trabaja más, para ganárselo. Y, encima, abarrotan las calles de individuos a quienes, España, les importa una mierda.
Los zurdos, los izquierdosos, están empezando otra vez, una Guerra Civil Española, donde piensan que esta vez serán los vencedores.
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