viernes, 30 de diciembre de 2022

China ha estornudado

 y no habrá duda de que en España nos llegarán los virus en formato de covid19, con las posibles matanzas de ancianos en las residencias. Residencias a las que Ayuso ha empezado a mentalizar y preparar para, el posible resurgimiento o rebrote, de otra nueva entrega, del mismo coronavirus. 
No habíamos "terminado"  con la primera remesa... cuando los responsables de la propagación del virus nos estaban mentalizando a una nueva llegada -(y más mortal)- a las costas y fronteras de medio mundo y, del otro, también. Como no paran de hacer el gilipollas y el genocida... pues nos vemos en esta situación de alarma, miedo y confinamiento. Esto del confinamiento les ha sabido poco a los políticos de turno. Mientras [ellos] bien se iban de copas, cenas y demás festorros, intentando pasar desapercibidos para que nadie les pudiera cazar en renuncio; que nadie les fotografiara. Pero haberlos los han habido. Menudos merluzos.
Nuevamente prueban a ver si tenemos los bemoles de salir a la calle cuando pongan, de nuevo, el toque de queda. 
Para que luego digan que Franco era lo que era. 
¿Y, estos, qué son? ¿Acaso los nietos del momia no son los pesoenianos? 
Pues eso.
El caso es que si en el primer brote no hubo muchos chinos contagiados... ahora va a ser el momento en que se revuelvan contra la población china. Del 1 al 20 de diciembre han sido contagiados 248 millones. Y cerca de 5.000 mueren a diario por culpa de una sanidad pobre, deficiente, y mal regulada. 
China es el país más corrupto del planeta. Más asesino del planeta. Más injusto del planeta. Y al que Sánchez pretende copiar. Bien es verdad que le están obligando si quiere seguir siendo amigo de Bill y Melinda Gate. Pero, hijo mío, ¿dónde te metes si no sirves ni para decir la verdad ni una sola vez? 
Yo sé que Sánchez intenta decir la verdad alguna vez, aunque intente que se le escape, pero está tan robotizado por la Agencia MK-Ultra, inglesa, que le imposibilita a hacer el esfurzo. No hay más que observarle los gestos que hace cuando intenta contradecirse y, la verdad, se resiste.
en fin;
no estoy de acuerdo en que tengamos los políticos que nos merecemos. Y, menos, los chinos.

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