viernes, 1 de diciembre de 2017

si no lo veo,

no lo creo. Que dice el refranero español.
pues bien
los Jordis, el Junqueras, esa patulea casposa, idiotizada, cargados de un poder sobrenatural, se van a posicionar delante del juez Llarena, mitad de llanto y mitad de pena, que dice el señor Federico.
Espero que el juez no haga caso de habladurías, de dimes y diretes y sí, se concentre en la barriga del seboso cuerpo de Oriol. Que no parece que la cárcel le haya tratado tal mal, como se quejaba, dado que no ha perdido un gramo de sebo sino que, más bien, lo ha ganado. 
Señoría
el día 27 (que suma 9), debe quedar en su memoria grabado como el día que nunca debieron haber elegido como golpe al Estado español. Estos memos del carajo no les debemos permitir que olviden lo que cuesta ser un traidor a su patria, a sus vecinos, por culpa de la pasta, de la guita, de la compra de voluntades por cuenta de Rusia o cualquier otro país que quiera meter la nariz en nuestro territorio. Y, menos, tan cobardemente como han operado estos hijos de mala madre.
Sinceramente, creo
que no se les debería dar ninguna posibilidad de recurrir de nuevo a las elecciones teniendo sobre sus hombros la declaración unilateral de independencia y la movida consentida en Cataluña con la precisa actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Toda esta movida ha costado una buena partida a las arcas y sería conveniente recurrir a los haberes personales para compensar dichos gastos. Si tienen dinero para fugarse de España y afincarse en otro país sin más patrocinio que lo robado, es consecuente que el Estado haga nuestro las propiedades de los matones desorejados de los nombrados. Y, por supuesto, prepararles la maleta y alejarles de España a la que tanto odian. Allá, en los confines del Universo terrestre que digan lo que quieran y salgan en holograma cuantas veces les permita el aparato infernal. Pero que no vuelvan a tomar revancha contra el resto de españoles porque no tenemos que aguantarles semejantes chorradas.

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