viernes, 29 de diciembre de 2017

no quiero provocar

un descarrilamiento de trenes, pero las vías son de ida y vuelta y a veces se termina saliendo de ellas con poco más de velocidad que lleve de impulso.
A todas horas estamos siendo bombardeados con noticias de agresiones -hasta terminar en asesinato- de parejas que son el modelo o edificio a imitar. ¿Qué está pasando? ¿Son los hombres tan endemoniadamente malos que sin ton ni son pasan a la agresión de su pareja sin que ellas tengan ni arte ni parte en la discusión?, ¿así, sin más? ¡No lo puedo creer! 
Hay un lobby lésbico que tiene en ojeriza a todo aquello que lleve implícita la palabra pene. Ellas prefieren el artilugio eléctrico que a saber el  nombre que le tienen puesto. Seguro que polla, picha, tranca, cola, pene..., no. Ellas se denigran solas, al mirarse en las féminas heteros. ¡Todas lesbianas! Todas con ganas de una polla con la que no han nacido. Mentes atrofiadas. 
Las mismas mentes que usan aquellas que casadas, buscan al pagafantas manso, idiotizado ante la presencia de mente tan sublime... Y cacarean al sol una independencia que nadie las quiere quitar. Pero, ah, amigo, qué has hecho que no la has llevado la contraria. Ah, amigo, qué has hecho si le has llevado la contraria... 
Total
que terminan siendo lo que las abuelas de ambos bandos decían de sí mismas: "las mujeres somos malas, no pegamos, pero llevaremos al colmo de la locura a quien ose abrirnos las puertas de su mente".
para ser mujeres
necesitamos sentirnos útiles: enfermera, camarera, cuidadora, madre de una prole a quien derrochar todo su "yo".  -"Yo lo he parido, yo decido"-. Bah, no merece ni una letra más añadir a la contaminación cerebral de ciertos seres.

No hay comentarios: