viernes, 29 de diciembre de 2017

Trump tiene morriña

Al parecer, y según la Nasa, a Trump le han sorprendido diciendo "mi casa, mi casa", mientras, que, con el dedo extendido, señalaba a la Luna. Lo de "teléfono, teléfono" no repetía, por lo que han pensado que retornan a recogerle y que ha desarrollado la telepatía, o que la Nasa le prepara una aeronave que pueda salir con éxito de la Tierra dado que, en el 69, no voló nadie a ese planeta hermanado. Es muy posible que la conexión primaria se haya realizado a través de su mujer robotizada, después de que los chinos la hayan reajustados los cables que debía tener sueltos. Esa familia no es de este mundo.
Pues de este o de otro planeta, el futuro de Trump es volver a la Luna de inmediato. Su objetivo es poner un enclave o colonia humana y a plazo  medio, dar el salto a Marte. Objetivo de Obama. Es evidente que el presidente norteamericano tiene buenos motivos para dar ese salto cuantitativo y, a la vez, cualitativo. 
Pero...
la pregunta seria ¿por qué no han ido antes?, ¿por qué sí, en este momento de zozobra planetaria?, ¿se verá el problema terrestre mejor desde 400.000 kilómetros de distancia? ¿Tiene Trump dinero de sobra para invertir en estos vuelos espaciales? Parece ser que sí.
Es evidente que los anteriores presidentes americanos se habían apoyado en inversiones privadas para vuelos de esta categoría. Y, todo, dirigido a satisfacer la demanda de ricachones cansados de tanta bolsa y tanto diafragma plano.
¿Es posible que vayan a destapar la existencia extraterrestre "afincada" en la Luna? ¿Es posible que el Caballero Negro fuera una nave espía para controlar la evolución humana? ¿Estamos, por ello, preparados mentalmente  para una conexión dinámica con no terrícolas? ¿Podrían ser los anteriores pobladores de la Tierra los que desean estos contactos? 
Demasiadas incógnitas y una sola verdad: Trump prepara la mochila para subir a explorar la superficie lunar.

No hay comentarios: