Cuando en Estados Unidos hay una policía con capacidad de agente 007 (con derecho a matar impunemente), y en la Unión Europea se está creando una unidad con los mismos derechos, la denuncia anterior se cae -por sí sola-, por la taza del WC.
¿Que si tienen autoridad? ¡Pues claro que tienen autoridad! Es verdad que el uniforme les hace más sexis y disfrutan enormemente ante el espécimen femenino; porque este espécimen, es de lo más antinatural que haya podido hacer Dios, en kilómetros a la redonda. Y si encima pegan y maltratan a los de alrededor, aún mejor para este espécimen femenino que deja mucho que desear. Ahí tenéis a tantas descerebradas mentales que les gusta la violencia ejercida por ciertos individuos de a saber qué raza o cultura sea (cultura les falta), para sentirse atraídas por esos super humanos. Me da igual que sean jihadistas, ñetas, puñetas o policías.
Y es lo que tiene ser agente de autoridad en un mundo donde, desde la primera persona en la figura de Franco, pasó a formar parte del adn. de los uniformados de aquél entonces, con derecho a quedarse con todo lo que el mundo fabricaba a su alrededor, o, de romper caras, al más puro estilo hollywoodense.
Lo que queda claro es que estos impresentables de azul -línea masona-, les encanta ser mirados y "pertenecer" a esa casta infernal llamada política. Tan es así, que sirven de mayordomo a los políticos condenados para abrirles las puertas de los coches, llevarles sus carpetas o llevar a sus señoras a la compra; compra que llevan ellos para que la señora no sufra de lumbalgia cuando sea empitonada por el jardinero.
Señores... hay que dar ostias como panes en la calle. Hay que deshacernos de tanto gilipollas junto -y si es con uniforme, mucho más-, y conducir nuestras vidas bajo y hacia, un porvenir humano del que podrían beneficiarse nuestros hijos. Todo lo demás carece de valor cuando se trata de rabietas.
Y es lo que tiene ser agente de autoridad en un mundo donde, desde la primera persona en la figura de Franco, pasó a formar parte del adn. de los uniformados de aquél entonces, con derecho a quedarse con todo lo que el mundo fabricaba a su alrededor, o, de romper caras, al más puro estilo hollywoodense.
Lo que queda claro es que estos impresentables de azul -línea masona-, les encanta ser mirados y "pertenecer" a esa casta infernal llamada política. Tan es así, que sirven de mayordomo a los políticos condenados para abrirles las puertas de los coches, llevarles sus carpetas o llevar a sus señoras a la compra; compra que llevan ellos para que la señora no sufra de lumbalgia cuando sea empitonada por el jardinero.
Señores... hay que dar ostias como panes en la calle. Hay que deshacernos de tanto gilipollas junto -y si es con uniforme, mucho más-, y conducir nuestras vidas bajo y hacia, un porvenir humano del que podrían beneficiarse nuestros hijos. Todo lo demás carece de valor cuando se trata de rabietas.
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