jueves, 9 de mayo de 2013

ya iba siendo hora...

Desde este blog hemos venido denunciando las irregularidades existentes en los locutorios en Valencia. Hay locutorios que vende los móviles robados por las rumanas al descuido en los bares de la capital. No solo eso, sino que se dedican a blanquear dinero negro de los trapicheos de colegas sudamericanos a través de cuentas de clientes dudosos. Tras ellos, hay toda una trama de individuos de clase alta asentada en restaurantes de lujo. Veamos, tenemos toda una amalgama de agentes de seguridad por las calles, y no son capaces de entrar a demandar si estos individuos están legalmente establecidos y las condiciones de sus negocios, los cuales son la mayoría entradas a otras actividades que no son por la que han sido abiertos. Todos los locutorios, o al menos en su mayoría, están regidos por ciudadanos del mundo, menos de españoles, ¡qué curioso! Hay toda una trama de actividales ilegales dentro de la vida común por las calles, que son necesarias parar y regular. España, es verdad, que en treinta años no la conoce ni la madre que la parió. Qué visión futurista tuvo Guerra.

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