sin pelos en la lengua

me gusta escuchar a Federico Jiménez Losantos porque, a parte de cañero, no tiene pelos en la lengua y su profesión la lleva al día en cuanto a conocimiento del medio en el que se desenvuelve. Ya era hora que una banquero fuera a la cárcel y es más, no debería salir de ella y por supuesto, devolver el dinero robado a paladas, como dice el periodista. La justicia no está acorde con los tiempos en los que estamos, ni se adecua a la misión por la que fue creada. En la medida que el tiempo, ya de por sí, es un impedimento por alargar los juicios, no lo es mejor en cuanto a la cuidada intervención frente al tipo de chorizo de turno. La justicia debe ser rápida en los casos de terrorismo, saqueo de las arcas del Estado, y por supuesto: la devolución de lo sustraído o dación en pago de todos sus vienes, y la consabida ejecución carcelaria por el delito cometido.

Si es verdad lo que Losantos dice de esta trama corrupta de la Caja de Madrid, es necesario que todos los chorizos sean llevados ante el juez y traigan a España todos los euros que se han llevado, que al parecer son muchos, y los que han negociado por demás en las compras de otras entidades fuera de España. Todo un subterfugio de corrupción de la más innominiosa calidad. No tenemos políticos, tenemos un ralea de mamones amparados por un abuso de poder de la peor calaña. El caso que hemos sidos impulsores y actores contra otros presidentes de países a los que se les consideraba contrarios a la democracia, y resulta que nosotros los tenemos peores (políticos) y ningún país arremete contra ellos. ¡Putos, mentirosos, mamones, chorizos, paniaguados, golfos, meapilas...!

La justicia no puede permitir que los ciudadanos paguemos los actos cometidos con voluntad y alevosía en cuanto a las quiebras de entidades como Banesto de hace 20 años, con 3.640 millones de euros; Bankia con 100.000 millones de euros. Un suma y sigue de los desfases cometidos por tanto asesor y economista de mierda. Todo ese dinero que estamos diciendo y más que saldrá, es el que se han llavado a paladas como dice Federico. El pueblo no ha vivido por encima de sus posibilidades, ni tampoco ha llevado al país a este descalabro monumental. Son estos desaprensivos de la política los que han arruinado España desde la transición.