jueves, 30 de mayo de 2013

pirámides de adobe..., mirámides de piedra...

Ambas construcciones engrandencen a quienes las han erigido. Sin embargo hay una gran disparidad entre ellas y con quienes las han construído; y su disposición en el mapa terrestre con relación al firmamento que nos rodea.
A mi entender, las pirámides de pidra fueron levantadas mucho antes que las de adobe, y perfilan un mapa sistémico con el espacio nocturno. El ensamblaje de unas no tiene nada que ver con el de las otras, dado que una es por fisión de la materia (adobe), y la otra por cabalística en el cortado. Todos hemos visto a nuestros padres, abuelos, etc. levantar edificios en los campos a base de ese barro cocido al Sol. Una alegoría o imitación, a esas otras de piedra y de toneladas de peso. Lo que no nos podemos plantear a fechas actuales, es pensar que tanto las unas como las otras fueron realizadas por los mismos y con los mismos artilugios de fabricación. No podemos seguir pensando que es lo mismo ir acoplando material de secado al sol, que levantar toneladas de peso a brazo, por muchos brazos que pudieran haber en aquel entonces; que no eran tantos. ¡Los chinos ahora son un huevo de gente, pero no los suficientes para tan espectacular esamblaje en aquellos tiempos! Y hago referencia a los chinos por considerarlos más primitivos en el tiempo que al resto de los pobladores terrestres. De todas maneras, tenemos constancia de esa disparidad en la medida que vemos como las pirámides de barro han tenido un considerable desgaste por el paso del tiempo y por la climatología, en contra de las otras que perduran en el tiempo añorando a sus constructores y señoreando la magnificencia de aquellos pobladores del tiempo y en el tiempo. ¿Podrían ser estos constructores viajeros del tiempo? A saber.

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