viernes, 5 de marzo de 2010
Los dioses también mueren
¿Es posible que Dios esté muerto?
Al menos el Dios de Moisés. Puede, que alguno de los seres que estuvieron en el planeta desde los dinosaurios, sino antes, haber fallecido aquí. Así lo atestiguan los esqueletos enterrados, encontrados en distintas partes del planeta y otros terminarían ocupando espacio mortuorio, en compañía de sus familiares, en sus planetas de origen. Es muy posible que de aquellos seres sean los esqueletos que tanto profetiza el amigo Alberto Canosa y también cuando dice saber dónde se encuentras invernando embutidos en piedras - grandes piedras-, cuerpos de gigantes en perfecto estado de conservación. Tanto que si las piedras fueran cortadas longitudinalmente, los gigantes saldrían andando como si acabaran de venir a visitarnos. Según las mediciones de tales osarios bien pueden alcanzar los 3 metros y más. También es posible que tales especímenes sean de la familia de los “Pies Grandes” vistos en América y China, quedando grabada su existencia en varias películas de hace al menos 50 años.
Yo, para terminar, abogo por la opinión de Salvador Freixedo, en señalar que Dios del que debemos toda nuestra existencia es una energía que lo compone y crea todo; no un ser más evolucionado técnicamente que se aprovechó de los humanos para unos fines propios. Como así pareció haber operado con tantos discípulos de antaño.
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