vieron la gala del cine, en los premios Goya. Todas ellas y ellos, engalonados con sus mejores palabras, frases y lágrimas, dedicadas a sus más allegados del cine y de la política. Funcionarios del cine: son lo que son estos memos de los galardones. Y, encima, se permiten el lujo de insultar al memo del Conseller de Cultura porque son pocos los doblones de oro que les dona para que sigan haciendo tontunas para adomecer a la población. Una academia de putos y putas que se dan cita imitando a las estrellas estrelladas del celuloide hollywoodiense, más decadente en personas y mentes.
Mercadonas de niñas que tienen que pasar por la bragueta del magnate con capacidad para mejorar la vida de la muchacha. ¿Ësto lo digo yo? No. Lo han dicho en muchas ocasiones aquellas actrices y actores que, ante la avalancha de gente para el tercer arte, vienen dando empujones y con las bragas en la mano. Muchas y muchos son los llamados y pocos los escogidos -como en todo en esta vida-, para satisfacer las necesidades sexuales de los donantes de pasta: los viejos corzos puteros y gays, que recurren a este mercado de mujeres por la facilidad en la obtención.
¡Todo sea por el arte escénico! Y una mierda para todos y todas putas y memas que transmiten o lo intentan transmitir, el vacío existencial en el que han vivido todo este tiempo. Pero claro, dentro de todo ese cuadro de vacíos cerebros que ven la gala, está el que le hubiera gustado ser puta-actriz o actriz-puta, con tal de salir y danzar en la alfonbra roja. Alfombra roja que representa toda la putrefacción de que se vale la diva o divo danzando en la cuerda que le ata al magnate.
Cuando la gente normal se pregunte de qué cojones han comido todos esos parias del cine. Se darán cuenta que han vivido a costa del dinero de los contribuyentes de a pie. Esos que, después de pagar los impuestos, parte de éstos se derivan a los payasos del cine. Victor Manuel y Ana Belén, Ramoncín, los Bardem..., y así un casillero de chupópteros que han sabido sacar del socialismo la manutención millonaria para no dar golpe. ¡Y la gente a la Luna de Valencia! Pensando en lo bonito que hubiera sido el que la hubieran elegido para reyna del baile: la Bella y la Bestia.
Mira que somos bestias y subnormales aquellos que les refinanciamos sus puestas de largo.
¡A mamarla cabrones! Y trabajar para producir algo y no putas y maricones.
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