la familia Trump y el funcionario jefe en la Diputación de Valencia.
¿No véis diferencia? Pues yo sí. En la primera vemos a un Trump como un niño que le han reñido en el cole. Un individuo que no tiene amigos, ni nadie que le mire bien. Es un niño agitado, que no removido, rígido, un inadaptado en el mundo de ricos que le ha tocado vivir.
Totalmente diferente el funcionario que cobraba sin trabajar. ¡Joder que chollo! La gente matando por un trabajo y este memo como le véis: brazos cruzados como un buen currante, ligeramente apoyado en algo como dando a entender que padece de columna de tanto trabajo asignado. ¡Ah!, no, que le había prohibido trabajar su jefe superior. ¡Otro, que monta! Pues ahí lo tenéis con la misma cara de cabreo que Trump con la diferencia de que Trump es rico y el funcionario va camino de serlo. De que Trump está amargado y el funcionario, como todo funcionario, está a las mil maravillas. Siempre habrá un funcionario que le apoyará en su camino al no y al na. Es decir: no trabajar y nada por hacer. Porque en eso se apoyan unos a otro. Hasta el punto de no darse cuenta que en 10 años el jefe no aparecía por la oficina ni para saludar a sus empleados. ¡Qué chollo!
Pues nada, amigos, que tengáis suerte e intentéis encontrar a un jefe de empresa privada que os dé el beneplácito de cobrar sin currar. Como los funcionarios y los sindicalistas. ¡Joder qué potra y qué tropa!
Pues nada, amigos, que tengáis suerte e intentéis encontrar a un jefe de empresa privada que os dé el beneplácito de cobrar sin currar. Como los funcionarios y los sindicalistas. ¡Joder qué potra y qué tropa!
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