Enrique Romero y Adrian Salbuchi. Enrique, izquierda de la pantalla; Salbuchi, derecha de la idem.
Escuchar a estos dos te dan ganas de hacerte un harakiri con un mondadientes. Escucharles te dan ganas de hacerte del señor Trump. Ese señor que ha subido al poder por los votos de los memos de los iberoamericanos después de haberles insultado y metido miedo y resulta que, ahora, está haciéndoles ver que tienen que hacerse un muro para no pasar a la América del poder y de la leche y miel. Y están picando como han picado con el voto. ¿Qué los latinos harán el muro? Sin dudarlo. Y Trump se meará en sus bocas cargadas de servilismo, devotismo, pandeismo, payasismo y egolatrismo.
Tanto criticarle y le están animando a que siga con su discurso de barrerlos de las calles de los estados del norte. Los americanos no quieren tanta memez mezclada con tanta energía y mentes Carnegie laboratorios. Este escritor es como Dan Brown, para mentes terminadas de joder. Ahí tenemos a Maduro, la Kichner, el Evo... En fín, no merece favorecer a Trump diciendo las cualidades intrínsecas de los listos iberoamericanos.
Aquí tenemos a este portento de Superman. Aquí estamos salvados de cualquier llovizna de piedras de 5 toneladas. Este hombre es el perfecto superhéroe que salvará a la humanidad de eventos apocalípticos venideros. Este es el puto amo de los superhéroes. ¡Qué suerte que haya nacido español! Allá donde ese chocolate abdominal sea visto u observado, se te ponen los pelos como escarpias. ¡Por favor, Aznar, vuelve a tomar las riendas de España, has sido uno de los pocos que se ha llevado la pasta con elegancia: poco a poco y en sobre! Cosa rectangular y blanca que solo se les da a los buenos clientes de los mejores bancos españoles. ¡Hostia, un sobre! Sueles proferir cuando alguien delante de tí, en la cola del terrorista de la ventanilla, le pide un sobre.
-¿Qué es un sobre? -Te preguntas.
-¡Hombre, por Dios! se pide un whatsapp, un correo, un msn..., en fín, algo tangible, no un sobre.
Pues ahí sale ese señor con su sobre en la faltriquera, más contento que unas pascuas.
Creo que me he ido de vareta, pero era algo que tenía que decir y lo he dicho, ¡ea!
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