La mujer de Sánchez está viviendo una situación que no lo ha vidido nunca en el puticlub de su familia. Una familia bienvenida para los asuntos del amor: que no son moco de pavo. Luego dicen que no han habido lugares donde enseñar las artes amatorias, que no sea en el kama-Sutra.
Ahora bien,
al parecer en las empresas familiares han sido muy cuidadosos con la enseñanza de cómo hay que hacer para robar a los españoles siendo la esposa de un gigoló, a la antigua. Y, todo, sin disimulo.
Es tan vergonzoso ver a la señora Sánchez darle la espalda a un juez, que nos está insultando a todos aquellos que intentamos cumplir con las Normas establecidas para el conjunto de los españoles.
La familia Sánchez ha convertido la política en un trampolín hacia la fachosfera a la que tanto odian. Y es que en su fuero interno quieren parecerse a los fachas en el robo, pero no en la dinámica dialéctica de la que padecen los zurdos en sus escaños. Un ejemplo lo tenemos en la facha Álvarez de Toledo que cada vez que habla deja a la izquierda a la altura del betún.
Este rebaje de ego les lleva a morder el escay de los asientos, donde tan cómodos reposan sus descarnadas posaderas sin nada que perder. Y no tienen nada que perder porque el sistema político de partidos admite a los que interesa, no a los que tienen algo que aportar. Si así, fuera, no estaríamos hablando de los actos que suelen cometer diariamente los miembros de ese partido. Así, vemos, que la zurda tiene a todos sus miembros camino del penal. Bonita imagen la que esta lanzando al mundo la zurda.
¡De puta pena, oiga!
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