otro muñeco

que viene con el moviliario. Cada vez que le veo me parece más a un muñeco inchable de los del todo a cien, de los chinos. Hoy le ves dando el discurso de Navidad y pocos días después lo vés, y piensas que le han vuelto a hinchar para otro espectáculos. El caso es que la grabación es siempre la misma y la repetición: constante. Nadie sabe por qué el muchacho tiene ese tonto de voz tonto y falto de inspiración; tal vez porque los anuncios que lee se los escribe el mismo. Debemos dar gracias al Cielo de que no es un gangoso el que se los escribe. Con perdón para los gangosos. Pero es que tiene un deje muy particular. La verdad es que es muy inteligente, según cierto militar que he conocido. Sabe todo su curriculum vitae. Y dónde ha estado sacando todos sus estudios primarios. Yo creo que el muchacho está cansado. Yo creo que sus espectativas de vida eran otras y le han endosado esta mamonada de que todo el mundo se meta con él; de que todo el mundo le quiera reir las gracias: que no tiene. De que la Leti le mire cada vez que pronuncia algo..., por aquello de la dialéctica cansina. Aún, así, al chaval no le sale mejor. La voz la tiene privada del privilegio de una sensación tonal brillante, de tenor. El poquito tono que sale por su boca es de un bajo, bajo. Pero de un bajo bajo de cuerpo, es decir, de un enano. Y que me perdonen los enanos. La verdad es que si sigo así voy a tener que pedir perdón a todo el mundo. Pero que conste que lo hago por su bien. Que conste que mi diversión no es él, si no su esposa. Ella me llena de orgullo y satisfacción por saberla del pueblo. No aquellas niñas monas que le llevaban a la cama para ir probándolas..., no. Esta señora es diferente. Encontraron a la mejor -(como Jesulín y la enfermera)- para engendrar hijas al gusto del consumidor. Todos son rubios, rubias. Todos son clones. Los extraterrestres se están introduciendo, poco a poco, dentro de las monarquías mundiales. Después, todo será... ¡sorpresa, sorpresa! Cuando el intruso se quite la piel envolvente y nos enseñe su verdadero poder cósmico. En fin, no le quito el valor que puede tener y tiene al saberse tan querido en Cataluña y País Vasco; y tan despreciado en el resto del reino español. ¡Que no, que es broma!