jueves, 12 de enero de 2017

el demonio os tienta

El párroco de San Carlos durante la misa de las siete de la tarde de este pasado martes. 
Miguel Palomar, albañil antes que cura. Ahora, memo cura.
 La parroquia del Sto. Cristo del Valle. 
Esta es la casa de Dios, ocupada por el memo cura.

 Caserío en el que vive Ramona, la mujer más rica de San Carlos del Valle. 
Este es el caserón de la viuda. A quien el cura quiere timar con 6.000 euracos.
A José Torres, el alcalde del pueblo, le negó el pésame durante el funeral de su suegro. 
Este es el alcalde de San Carlos del Valle, Ciudad Real. Con permiso de la autoridad, mandar al cura a hacer la mà.
  Cuando una persona o feligrés tiene una ojeriza contra un sacerdote... es porque el demonio está tentándola. El sacerdote es un enviado de Dios para documentar a la parroquia que la Iglesia es suya y el que entra debe pagar. Si no en el cepillo, que también, al menos a base de donativos a partir de un millón si quieres recibir el cuerpo de Cristo. ¡Hostia, tú! Recibir el cuerpo de Cristo es tanto como decir que te estas merendando a tu vecino o vecina. Es amoral. Es falto de ética. Es antropofagia. Y todos los días del año los hijos de p... Dios, se dedican a merendarse al Hijo del item. Hace falta ser anal-fabeto para estar aguantando a que un idiota con sotana te llame al orden por no pagar los emolumentos con los que nadie debería donar. 
No voy a caer en tentación de decir que la Iglesia de Cristo era pobre. Caballeros, según las escrituras Cristo no tuvo ni fundó iglesia alguna. Es más decía que el verdadero templo era nuestro cuerpo. Y que la ayuda al prójimo: como a uno quisiera que le ayudaran. 
¡No, como no tienen patrimonio, pues van amenazando a la gente con negarles la oblea si no hay intercambio monetario! Pues, señores, lo mejor es gastarse la pasta en viaje a Benidorm antes de que se gaste tú dinero en putas, el señor cura. Y de seguro te sale más barato que el pan ácimo: masa de harina, agua y azúcar, en un fina hoja. Que no hay persona más patética que ver a un tipo haciendo gilipolleces, sobre un banco de mármol. Y lo segundo más patético es ver tanto tonto alrededor del gilipollas aguantando todas las chorradas que le parece bien decir ese día. Y todos a callar y nadie a responder: lo que dice el cura va a misa. Nunca mejor dicho. Estoy seguro que muchos de ellos no tienen la más sana intención de decir misa o de creerse lo que dicen. Y no es que lo diga yo... Hay curas que están escribiendo libros rechazando la historia de Jesús. ¡Osea, a partir de aquí que cada uno piense lo que quiera!

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