mira que nos cansamos de decirles un día sí y el otro también que son borregos al servicio de los poderes en la sombra. Ahora resulta que insisten en que para acoger a los refigiados y a los migrantes tenemos que poner nuestras habitaciones a su servicio. Es decir, la política de políticos que dan muestra de una patufonada diaria, resulta que me dicen que debo abrir mi casa y compartirla con una familia a la que no conozco.
Se me ocurre decir que mi casa es sumamente pequeña para albergar a mucha gente, pero tenemos la casa de Cospedal, frente a Toledo, de 12.000 metros cuadrados y 11 Guardias Civiles cuidándola que, bien, podrían servir -ya que están de vigilantes-: de guardianes de los niños pequeños de los refugiados. En casa de Mariano también deben caber mogollón de refugiados pero... -no los refugiados políticos, no- ... sino familias enteras de esos que llamamos el pueblo: el pueblo sirio, el pueblo judio, o de todos aquellos negritos que tengan que llegar a España y no tener un sitio donde acomodarles. La chochito de oro, de Santamaría, debe tener bastante espacio en su casa para albergar otro tanto como la Cospe y Mariano y..., ¿que decir de la Grande de España?, alias la fugitiva, la Espe -para los amigos. Menuda esperanza tenemos en España con todo este cúmulo de descerebrados, yihadistas, para recomponer el marco español. Y así, de esta guisa, llegaos políticos que nos ha tocado en suerte. Y como bien decía Ezequiel, -y yo lo he imitado en otras ocasiones-, de Dios: "El Señor ha desertado de la Tierra, el Señor no los ve". Y es normal que sea así porque el pobre se ha hecho mayor, como la mayor parte de los habitantes de este país. Bien mirado: lo bien que nos van a venir los emigrados sirios, judios, árabes, al panegírico de Guerra: "A España no la va a conocer ni la madre que la parió". Y así se va cumpliendo la profecía de Alfonso, sin que por ello tuviera que tener una bola de cristal como la de Alaska.
Se me ocurre decir que mi casa es sumamente pequeña para albergar a mucha gente, pero tenemos la casa de Cospedal, frente a Toledo, de 12.000 metros cuadrados y 11 Guardias Civiles cuidándola que, bien, podrían servir -ya que están de vigilantes-: de guardianes de los niños pequeños de los refugiados. En casa de Mariano también deben caber mogollón de refugiados pero... -no los refugiados políticos, no- ... sino familias enteras de esos que llamamos el pueblo: el pueblo sirio, el pueblo judio, o de todos aquellos negritos que tengan que llegar a España y no tener un sitio donde acomodarles. La chochito de oro, de Santamaría, debe tener bastante espacio en su casa para albergar otro tanto como la Cospe y Mariano y..., ¿que decir de la Grande de España?, alias la fugitiva, la Espe -para los amigos. Menuda esperanza tenemos en España con todo este cúmulo de descerebrados, yihadistas, para recomponer el marco español. Y así, de esta guisa, llegaos políticos que nos ha tocado en suerte. Y como bien decía Ezequiel, -y yo lo he imitado en otras ocasiones-, de Dios: "El Señor ha desertado de la Tierra, el Señor no los ve". Y es normal que sea así porque el pobre se ha hecho mayor, como la mayor parte de los habitantes de este país. Bien mirado: lo bien que nos van a venir los emigrados sirios, judios, árabes, al panegírico de Guerra: "A España no la va a conocer ni la madre que la parió". Y así se va cumpliendo la profecía de Alfonso, sin que por ello tuviera que tener una bola de cristal como la de Alaska.
Todo, menos culpar a los dirigentes políticos de los diferentes países de origen de estas pobres gentes. Ahora resulta que conmueven las imágenes de un niño ahogado en la playa... cuando se nos van de la cabeza los millares que están muriendo en las guerras, y que tan bien nos vienen a los orientales y occidentales venderles las armas. O lo bien que les vienen a las farmacéuticas de Estados Unidos dispersar, propagar, enfermedades de laboratorio, para luego sacar el beneficio de los medicamentos, de por vida. Porque no es conveniente sacar a la luz que existe el antídoto, no; lo mejor es que la gente tome medicamentos hasta que la química acabe con su cuerpo. Y luego propagar que gracias a la medicina vivimos más años.
Es evidente que la población mundial está exenta de la chispa divina para comprender las cosas. Sólo unos pocos han conseguido extraer el conocimiento de las Tablas de la Ley, de Moisés, que tanto daño están haciendo al ciudadano terrestre. Y que tanto daño harían si existieran otros mundos donde estos individuos llegaran a posar el pie. Es evidente que el Cielo no existe, como tampoco el temor de Dios, que tanto la Iglesia intenta introducir en la mente de los feligreses. Si ese temor existiera... no harían el Nuevo Orden Mundial y Secular. Ni exististiría la Globalización y menos, las muertes que esta trasumancia ha calado en la mente de los desheredados. Menudos memos de mierda: los políticos mundiales, el Papa y sus cucarachas, las mafias y sus muertos, y las muertes mentales de los humanos de a pie. ¡A mamarla, cabrones! ¡Miserables, asesinos!
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