Otorgar a los sacerdotes la posibilidad de perdonar el pecado
del aborto no es algo nuevo. El actual arzobispo emérito de la
Archidiócesis de Madrid, autorizó a los sacerdotes, con motivo de la
JMJ, a absolver a las fieles que hayan abortado y estén arrepentidas.
La medida impulsada por el Papa Francisco para que los sacerdotes
puedas perdonar el pecado del aborto, no es algo nuevo. A pesar de las
manipulaciones de muchos medios de comunicación, que plantean poco menos
que el aborto ha dejado de ser pecado, esta medida ya fue
autorizada por el antiguo Arzobispo de Madrid el Cardenal Antonio María
Rouco Varela durante Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas en
Madrid en el año 2011. El prelado facultó a todos los
sacerdotes a absolver a los fieles que hayan abortado y estén
arrepentidos imponiéndoles “una penitencia conveniente”.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi aseguró que perdonar
el pecado del aborto no significa minimizar este crimen, sino hacer
entender a quien lo ha cometido la gravedad del mismo.
Por tanto, el perdón y el arrepentimiento, no minimizan el consiguiente acto promiscuo entre una juventud cada vez más joven y una falta considerable de responsabilidad moral y ética, sujeta a esos valores sexuales que se están imponiendo en la sociedad actual. Es evidente que desde las altas clases sociales y a través de los medios de comunicación, los jóvenes cada vez más jóvenes, se están dejando seducir por la sexualidad en sus modalidades: homosexuales, bisexuales; para beneficio de los lobby gay empresario, laicos y religiosos. Ahora es el momento de que la Iglesia pueda justificar los muchos contactos homo entre sus curas y feligreses. Después de la Biblia... la Iglesia no había tenido una idea mejor que la de incorporar a la juventud a orgías para justificar que debajo de las sotanas también existe una polla. Es evidente, con ésto, que el demonio -como bien han declarado cardenales en el Vaticano-, está dentro de la Casa de Pedro. ¡Que ni siquiera era la casa de Pedro!
Como bien se demuestra en el Vaticano hay disparidad de opiniones entre el padre de todos y los hijos del uno. Paco -para los amigos- siendo el presidente electo y jefe del cotarro, no puede hacer frente a todos los hijos descarriados que tiene metidos dentro de todas las catedrales, iglesias etc. etc., como para poder tener sujeta las braguetas y bajada de bragas de las/los jóvenes. ¡Qué Dios nos asista!
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