miércoles, 16 de septiembre de 2015

algo intolerable

Una refugiada observa cómo la policía impide el paso en la frontera,...deben pensar los componentes de ACNUR al saber la noticia de la tensión existente, esta noche, en la frotera con Hungría. Ésta, Hungría, cierra fronteras a los exiliados de los conflictos existentes en Siria; algo que deberían haber determinado los aliados de la UE, OTAN, NATO, o sus santas madres. ¿Por qué no han invertido los billones para acoger a los fugitivos... en ayudarles en sus países... en vez de dejarles pasar por el calvario de tener que correr, negarles cobijo y sustento, y permitir que, tanto la policía como los periodistas, les den de patadas... como al toro de La Vega. Ahora, bien, tampoco -o sí-, sea para darles coche, móvil último modelo, y adosado en la UE. ¡Porque esto es, precisamente, lo que van a conseguir por venir a conquistar los países más retrógrados de los cinco continentes! ¿Es normal? No. No es normal que los benefactores se alimenten más y mejor de las ayudas de los gobiernos de acogida que sus propios parroquianos. ¿Quieren, quizás, sublevar voluntades y que la gente se agreda por las calles? ¿Es que quieren que la guerra empiece en todos los países a la vez, para que fenezca a la misma hora, según los dictados de los dictadores en la sombra? Sí. Eso es lo que tienen firmado los Hombres de Negro. Y cuando los hombres de negro se ponen a trabajar -que es siempre-, el mundo tiene que temblar, por sus originales formas de confeccionarlo. Amigos: la fe mueve montañas; es el eslogan tiene la Iglesia por boca o bocaza de sus voceros. Pues bien, esto es lo que quieren conseguir los Hombres de Negro: que se muevan las montañas, y que los continentes se vuelvan a unir, como hace millones de años. Así les será más fácil contemplar todos y cada uno de los países de una atalaya a 400 metros de altura creada, fundada y realizada por la nanotecnología de los chinos; que no olvidemos son los reptilianos de los que habla la Biblia. Esos ojos rasgados no son más que de lagartos con muchas mezclas de sangre. Lo mismo que pasará con las nuevas generaciones que den el Adn. de Leticia y Felipe. ¿Qué saldrá de aquí? Ni más ni menos, que, los niños índigos, rubitos, ojos azules, tez medio azulada, y la capacidad para seguir siendo los Reyes del mambo. Del mambo por parte de mamá, y reyes, por parte de papá. Desalentador. Estoy pensando en ir contra corriente con los hijos de Siria, que vienen al contrario. Es posible que con la jubilación pueda vivir cómodamente en un país que se está quedando vacío. Y muy posiblemente me hagan alcalde del municipio y pueda gobernar con el médico -si lo hubiera o hubiese-, y con el chorizo, porque en todos los sitios tiene que haber un chorizo, para que haya un policía local y una whiskería; para que el policía local pueda tomarse una copa cuando está de ronda, el chorizo cuente sus rateriles andanzas, y yo pueda tomarme en serio el ser alcalde. Como véis no hay mejor cosa que un éxodo para que la mente empiece a trabajar y cambiar paisajes.

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