menos mal que el concejal de la localidad valenciana de Serra, Marcos Cabo, estaba, por el juez, en las manos de la Guardia Civil, que si no, se nos habría matado. Y yo me pregunto para qué cojones sirve el protocolo antisuicidio. ¿O es para que no se mate solo? Lo que está pasando ahora en las cárceles españolas, solamente lo veíamos en las pelis de mexicanos, colombianos o venezolanos... ¡Qué pronto nos ha llegado la influencia americana...! El tufillo mafioso de cobros por venganzas y serviles policías, a la carta, de los chorizos. Lo mismo que el gobierno de Rajoy en braguitas rosas, por mandato de la vampiresa reinona del país de nunca jamás... llamado Inglaterra. El bobo del ministro de exteriores español se le hace el culito agua cuando le llaman desde el palacio de Bukingham para darle una reprimenda por meterse con el Peñón. Porque Inglaterra no es que se haya quedado solamente con el peñón, sino con sus aguas, con los gaditanos, con toda la costa mediterránea y va navegando hacia las aguas valencianas para quedarse con toda la costa: desde Lérida, pasando por Mas, por los comunistas valencianos y llegando a Huelva. Y aquí no pasa nada mientras se nos matan los concejales dentro de los recintos preparados para que se maten los concejales, llamados antisuicidios. Lo malo de todo es que no se haya matado el ministro del Interior, el mamarracho de Rodrigo Rato, y toda la caterva de chorizos de alto estanding que gobierna España. ¿Tal vez porque para esos la cuerda no es de oro, por ser de esparto? Pues estoy seguro que mucho español fundiría las alajas de sus antepasados con tal de hacer antisuicidios con cuerdas del vil metal.
lunes, 10 de agosto de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario