Señores, es evidente que portales Interdimensionales están abriéndose todos los días sobre nuestras cabezas y no somos capaces de percibirlo. Millones de ovnis están entrando en nuestro campo aereo con peligrosidad para nuestros aviones. Tan es así que, las compañías aereas, están haciendo seguros por un tubo dado que la influencia de estos motorizados extranjeros sacan de carretera a los viejos pilotos, tirándolos al mar. Ultimamente son muchos los aviones siniestrados sin que nadie de explicaciones; por tanto, supongo, que -ese no dar explicaciones-, es porque los muchachos extranjeros no salen en la tele, como hace nuestro presi: que tampoco da explicaciones a nadie, pero sale en plasma. Es evidente nuestro afán porque algo pase en este planeta, en esta dimensión, y nos saque de la tontez insultante en la que estamos sometidos. Cuando no es una bomba atómica el desvelo de nuestro sueño, son los platillos de sopa invertidos los que nos tienen acojonados. El caso es estar acojonado y sin ganas de hacer nada. Y así deambulamos como sonados, escuchando las trompetas de los ángeles caídos en procesión de Semana Santa. Porque, amigos, también se escuchan trompetas terrenales confirmando el devenir de estos individuos interdimensionales. ¡Éramos pocos y parió la abuela! A Mercadona y al Corte Inglés les va a venir de perlas, otra o esta, aglomeración de individuos para consumir. ¿Serán propensos a ir a la Iglesia todos los días? ¿O solo los domingos y fiestas de guardar?
¡Vivir para ver, amigos!
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