los silentes...

que es tanto como nombrar a la masonería... fueron los responsables de la abdicación de Juanca, y están en la labor de mandar al limpiador de cadáveres a deshacerse del cuerpo inerte de Rajoy. Éste, que ya ha cumplido con los deberes y órdenes que le dieron en su día... les sobra en la nómina. Y ya sabemos que cuando a uno le señalan con el dedo recto o acusador, le están dando el ultimatum y eligiendo al berdugo. Sabemos que a ninguno de los presidentes les dejan a su libre albedrío -porque no lo han tenido nunca- y le mantendrán ocupado y con la boca cerrada... como al resto de sus antecesores. Una buena muestra de ello la tenemos en la figura del expapa Benedicto XVI. Que por cierto... ¿Vive? ¿Sí?, ¿Dónde? Nadie lo sabe. Se supone que está bajo la tutela de las monjitas, en lo que se llama La Pequeña Unión... parroquia Santa Ana en el Vaticano . O en el mausoleo, cogiendo medidas de la cárcaba. Y es que a la Santa Sede no le gusta que anden los elegidos por ahí largando cosas que a nadie le interesa conocer. Salvo que se arriesguen a ello y su lengua le sobresalga de la boca más larga que los detalles que hayan podido lanzar. Porque la Iglesia tiene dos cosas propias: la cicuta, para el té de la noche y la soga, para hacer callar a los charlatanes; que suelen aparecer colgando de un puente italiano. De ahí que el tarot tenga una carta con esa figura o tripa colgandera. Todo un rito laico para honra de la Santa Iglesia Católica; que no cristiana.
¿Qué tiene el 2015 que no tendrán los otros años? Pues que entramos en una recesión galopante y los masones necesitan a los nuevos chavales para llevarnos a la mayor  burbuja financiera de todos los tiempos. Para ello es necesario implantar en la calle a la marabunda carcelaria... para que se vayan cargando a todo innecesario viejo que se encuentren por la calle a altas hora de la noche. Y si vemos que el viejo se retrotrae a su casa pronto... no hay más que asaltarle cuando vaya a sacar la llave del portal, en su propia puerta de casa, o rompiendola si es necesario. Pero los viejos deben desaparecer del panorama planetario; porque (Ellos) han considerado que la población mundial ha envejecido demasiado y ellos, los ancianos, no quieren morirse. Se resisten a cambiar de su domicilio censal, al cementerio. Y mira que se les dice todos los días: ¡qué viejo estás! -Pero no muerto: -responden. ¡Los viejos son así!