El fin del embargo científico
EE.UU. testeará una vacuna contra el cáncer creada en Cuba, abriendo una nueva era de cooperación.
En los últimos 30 años, los
investigadores cubanos han creado sobre 30 vacunas contra enfermedades
infecciosas y una cantidad similar de productos contra el cáncer.
Preparan otra veintena para enfermedades
cardiovasculares y una docena para las crónicas y autoinmunes, productos
biotecnológicos que, si bien han salido de la isla, no podían ingresar a
EE.UU. debido al embargo que desde hace 55 años tienen sobre Cuba.
Hasta ahora.
Con las relaciones en etapa de
normalización, el área científica también se verá beneficiada, pues
EE.UU. está interesado en probar, al menos, una de las vacunas cubanas:
CimaVax, contra el cáncer de pulmón, con probados beneficios en la
sobrevida de los pacientes, y que podría obtener el permiso de la FDA
(Food and Drug Administration).
Según contó Candance Johnson, CEO del
Roswell Park Cancer Institute, a la revista Wired, en abril firmaron un
convenio con el Centro de Inmunología Molecular cubano para llevar la
vacuna a Norteamérica y realizar pruebas clínicas. “La oportunidad de
evaluar una vacuna como esta es un prospecto muy emocionante”, dijo
Johnson.
El prestigio cubano en inmunología viene
de años. Su Sociedad de Inmología es una de las más grandes de
Latinoamérica y muy influyente, dice Alexis Kalergis, académico de la U.
Católica y director del Instituto Milenio en Inmunología e
Inmunoterapia (IMII). Sus científicos han creado tratamientos
monoclonales para agentes infecciosos, y “tienen un área de desarrollo
muy fuerte en cáncer, una industria tecnológica orientada al diagnóstico
de enfermedades muy exitosa”.
Gran paso
Paul Drain, profesor de la U. de
Washington, dice que levantar el embargo será un gran paso que
beneficiará a científicos de ambos países. “Los cubanos han estado
haciendo un gran trabajo en nutrición y vacunas por años. Tienen un
largo registro de desarrollo de vacunas exitosas, como para la hepatitis
B y el dengue. Ahora han desarrollado una buena vacuna candidata para
el cáncer, pero necesitará un testeo más riguroso en EE.UU. y el resto
de Latinoamérica”, agrega.
Flavio Salazar, vicerrector de
Investigación de la U. de Chile y subdirector del IMII, está en proceso
de probar su tratamiento contra el melanoma en Cuba, país interesado en
la tecnología chilena, mucho más barata que la alternativa tradicional.
Planean también postular a un fondo para desarrollar en conjunto una
vacuna contra el melanoma y el cáncer de vesícula biliar, el más común
en mujeres en Chile.
“Cuba ha hecho avances en varios tipos de
cáncer, al tener un sistema de salud centralizado han avanzado
rápidamente de lo teórico a lo clínico, eso hace atractivo probar esto
en países con los que están restableciendo relaciones”, dice. “Tienen
institutos con experiencia científica y productiva, especializados en
transferencia tecnológica y han desarrollado muchos biofármacos”, agrega
Salazar.
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