
De todo esto se desprende la maledicencia de la que han hecho gala dentro del Vaticano. Mucho se ha escrito de las tropelias dinásticas y políticas que han hecho desaparecer a muchos de los electos. Que pócimas, aquelarres, misas negras representan las fumatas que le da al electo un poder sobrenatural. No hay, en el planeta, una elección tan significativa como la elección de Papa.
Verdaderamente algo muy gordo está pasando en el planeta Tierra. ¿Qué poderes tienen intención o aspiran al trono de Pedro? ¿Será elegido Satanás a ocupar el puesto vacante? ¿Quién ostenta ese poder demoníaco en la actualidad para ser investido Papa? El día 28, Dios mediante, veremos quién es.
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