de la Dana valenciana, del que se beneficiarán otros países a través de la Asociación Internacional de Fomento.
El presidente de gobierno ha regalado 400 millones..., de los millones a través de AIF, que le corresponderían a los perjudicados en la Palma y su volcán, más lo que está regalando al monarca marroquí para reconstruir Marruecos, a gusto del Rey. Un monarca que vive en Francia, la mayor parte del tiempo, porque le va más la marcha que a un tonto un chupachups. Y, antes de que arribe el Apocalipsis es conveniente estar más seguro en Europa que en su mierda de país. Por cierto: se ha desprendido de todos los malos malotes que tenía en las cárceles, y de todos los pedigüeños que acostados en plazas y minaretes... desmerecían la estancia de los turistas. En Valencia, por ejemplo, esos pedigüeños son un recordatorio de cómo Sánchez cotiza la marca España.
Una Marca que hay que ir limpiando a base de retirar y devolver a todos los magrebís que pululan por las calles robando cuanto quieren y pueden. Robos de abusos a personas mayores y mujeres desprevenidas. A ello hay que sumar la molestosa presencia del individuo en las mesas donde, tranquilamente, se veranean nuestros turistas.
Uno tras otro no paran de joderles las vacaciones a base de pasar una y otra vez, poniéndoles el cartón o la mano, en busca de la moneda o el móvil desprevenido.
¿Qué podemos pedir de los presos que, lo eran, en sus países de origen? Pues lo que les han enseñado por parte de sus dignatarios asquerosos. Robar.
¿Esta es la mano de obra cualificada que nos ha remitido Sánchez de los países que está visitando?
¡Qué mano tiene este capullo, allá donde va, le toman por lo que es...!
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