Todos sabemos que la Tierra es un ser vivo con sus ciclos de mayor o menor intensidad... al igual que le pasa a todos los seres que vivimos en ella. Estemos sobre o bajo la corteza. Sabemos que gira sobre sí misma y que ello tiene un efecto sobre todo lo que sobre o bajo está viviendo. Al igual que sabemos que la Luna: es un satélite que orbita alrededor..., provocando ciertos reflujos y sus consecuencias. El ser humano tiene el poder de provocar grandes catástrofes en mayores proporciones a la alteración psíquica planetaria. Nosotros podemos hacer que las consecuencias de mareas, tsunamis, tornados, danas y demás efectos naturales sean, en mayor o menor grado, de mayor o menor intensidad. El problema es si el ser humano está para pasar el tiempo: desde el nacimiento y muerte, sin intentar comprender el estado natural de la materia en su estado más salvaje.
Todos los eventos que la naturaleza ha provocado contra el humano los ha estado haciendo por norma, por su estado de ser. Nuestra inteligencia no ha puesto un grano de arena en comprender por qué se producen esos eventos y en cuanto tiempo. ¿Por qué supimos que la luna cada 28 días influye en las mareas y en las personas? Porque han habido personas que se han preocupado de interferir... para comprender. De ahí a defendernos es un paso.
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