si hubiera sido el 28 de diciembre no habríamos caído tantos en la broma del coronavirus. La sanidad pública, publica datos que nos tienen que hacer ver la mentira en la que hemos estado metidos. La cuestión primordial es que el coronavirus, a través de las muertes existentes, ha sido el medio de bendecir el aquelarre del Ibex 35. Con esta sangre han bendecido los cerca de cuatro mil millones de euros que se han perdido en un suspiro y, ¿a que no sabéis quien sale perjudicada?... Joder mira que sois listos y lo acertáis todo: España. No puede ser...: os diréis. Pues es verdad que las finanzas de los ricos españoles... al menos una buena cantidad... ha ido a parar a manos de los bondadosos Hombres G. Esos que, de año en año, invitan a sus lacayos a lamerles las botas en buenos hoteles y sexo gratis. No como los colgados de los sindicalistas que tienen que ir a burdeles de mala muerte aunque tengan que pagar con tarjeta black, a costa del contribuyente.
¿Realmente han provocado el coronavirus para desbancar la caja de los accionistas de medio mundo y hacer temblar el Templo de Salomón?
Pues sí amigos, sí. China no se anda con tonterías y menos cuando alguien le tira de las orejas como ha hecho Estados Unidos. Un Estados Unidos que es más unido a los chinos que nosotros los europeos. Pero es que ambos dos deben asumir su destino de contrarios porque, ahora, Rusia esta de capa caída y no piensa en nada. Bueno, pensar sí que piensa, y más en la masacre que están intentando inocular en Cataluña y, de paso, a toda España.
Todos sabemos, gracias a Ken Follett, que había y hay dos opositores políticos entre sí y que se denominaban Illuminatis y Masones. Estos dos grupos de poder están emparentados entre sí porque se necesitan siempre tener un opositor a quien echar la culpa de si algo sale mal. Las dos tendencias políticas y multimillonarios están emparentados, son familia, y juegan a juegos de roll para ver quién gana en el juego de ajedrez que se han montado siendo las piezas de carne y hueso. El juego es auténtico y se juega de verdad, con piezas de verdad. Y quien vive y muere... son gente de verdad. No se cortan un pelo porque siempre han tenido la sartén por el mango. La siguen teniendo y siguen jugando. Solo se acabaría dicho juego si la gente tuviéramos el valor de enfrentarnos a esas fuerzas oscuras, aunque ya sabemos quien mueve ficha.
Es verdad que para llegar ahí tendrían que caer hasta reyes y gente de alto poder en las naciones. Por lo que la economía se tambalearía y mucha gente moriría; pero las nuevas generaciones vivirían o tendrían más tiempo de paz y concordia. Todos sabemos que la encomienda de esta gentuza es: "Para la paz, tiene que haber una guerra". Y es verdad que es así, a menos que pensemos que ya han habido demasiadas guerras para tan pocas paces. Estos merluzos ganan dinero de todos nosotros: vivamos o muramos. Va siendo hora de que les enfrentemos y empecemos por nuestros presidentes y vicepresidentes que son los lacayos de esta gentuza que está detrás. Y qué decir de la Iglesia...
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