martes, 10 de marzo de 2020

los virus elitistas

el coronavirus es un virus elitista, le gusta la gente mayor. A ser posible a partir de 80 años, aunque no hace ascos a quienes tengan algunos menos. Pero siempre jubilados. Esos seres mayores que han currado de lo suyo para luego malvivir y que ahora, se los cargue un virus encarnado de la manos del diablo. Un diablo llamado Estado y que nos quiere hacer creer que le pertenecemos y, por ello, decidir quién vive y quien muere. Un papá Estado putativo y parricida. Ahí entra a formar parte el papá Estado chino con el parricidio de Li Weliang, médico, de curiosamente 33 años, como los sacrificios a ciertas deidades y el grado de la masonería. Por tanto no puede ser casual que el coronavirus esté viajando por el mundo por culpa de no lavarse las manos los pobladores de ese mundo de hombres y mujeres. No. Aquí forman parte determinadas élites que están deseosas de poner a prueba la paciencia de los ciudadanos del globo, -sea cual sea el color de piel-, en la puesta en escena de los últimos días que la Biblia pronostica han de suceder. Figuras aladas y música de trompetas que nadie sabe de dónde proceden. Y si la Biblia dice que esos fenómenos se han de cumplir...se cumplen, a base de efectos especiales holográficos, se daría un empujoncito para ensalzar La Biblia: la palabra de Dios. Que lo que allí está escrito ha pasado y pasará.
Esta gentuza mística; retrógrada hasta decir basta, es la que lleva al mundo a un caos continuo para sus fines filantrópicos encaminados hacia su antónimo el egoísmo. "Una virtud simulada es una impiedad duplicada. A la malicia une la falsedad". (San Agustín).

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