una escopeta de doble disparo: Uno va dirigido a todas las poblaciones del mundo y la segunda bala va teledirigida a por los viejos de 99, 91, 90, 83, 76, y bajando, por considerarles una carga para el Estado. Cuando no hay mayor carga para los ciudadanos del mundo que los políticos que se alimentan, desgraciadamente, de lo que aquellos hombres trabajaron en sus vidas para llenar panzas tan desagradecidas. Perros callejeros de varios padres.
Ayer dijimos 230 enfermos y hoy estamos hablando de 430; cantidad nada despreciable de 200 en tan sólo unas horas.
Dada la edad de estos pacientes y difuntos hombres y mujeres, me pregunto en voz alta dónde pudieron contagiarse tan rápidamente si es posible que no hayan salido de geriátricos o asilos por horas. ¿No se los estarán cargando por el método de la eutanasia y amparándose en el coronavirus?
Hace unos años a los médicos de cabecera les daba el Estado un sobresueldo a costa de las mutuas por no dar bajas de empresa. ¿Estarán cobrando otro sobresueldo a costa de los jubileos que no tendrá que pagar el Estado a los muertos? Tal vez algunos vivos de esos muertos, estén muertos también, por depender de la jubilación de sus padres que ya no tendrán.
Total; que inflando y desinflando el globo vamos enfermando y muriendo sin que nadie haya dado la voz de alarma y disparado todas las señales. Decía el señor Sánchez que Rajoy era el político del plasma; pero él no para de mimetizarse en el entorno y si es en Doñana u otro caserón fuera de la aglomeración... mejor. Admite sugerencias para ser camaleón.
Creo que los ciudadanos deberíamos echar en suerte o adquirir el compromiso de que sea el último quien dispare la tercera bala y se cargue a estos indeseables hijos de puta. Aunque la responsabilidad llegue a condenarse en el Infierno.
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