nos señala la cantidad de ciberataques que se registran continuamente. No podemos obviar la guerra de las galaxias, sin salir del planeta o guerrear contra extraterrestres. Ya no necesitamos a los extranjeros del espacio para crear nuestras guerras cibernéticas terrícolas. De este modo, los países, se vuelven menos vulnerables aunque más perjudicados. No existen daños personales aunque sí, -ahí está la gracia-, materiales a mogollón. Los comunistas contra las empresas, contra el capitalismo que detestan pero que, disfrutan, a escondidas del pueblo. Fíjate Corea del Norte, los soldaditos tan escuálidos y Kim Jong-un parece un pavo relleno para el asado de fin de año.
Pues amigos
esto es lo que creo ha pasado con Cataluña y los hacker comunistas del imperio comunista de Rusia y, su comunista Putin.
Nos han baleado sin sonrojo y encima, se enfurecen porque se les dice en la cara. A estos les pasa lo mismo que a mí: nos gustan, más, las cosas a la espalda. Nos sonrojamos menos y lo portamos mejor.
¡Hijos de putin!
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