vamos a ser muy poquitos quienes estemos sueltos por las calles y plazas de las ciudades. Entre las detenciones por pillaje, insultos a los muertos, violaciones, policías matones y mafiosos, Mozos de Escuadra descerebrados e independentistas, presidentes de gobierno imputados, presidentes de gobierno huidos y solicitados, los amigos de los unos y de los otros en trullos por beneficiarse del puesto de unos y de otros... en fin, que las cárceles no van a tener cabida con tanto despiporre legal. Lo curioso es que nos tantean como a gallinas de corral. Nos van metiendo el dedo poco a poco para saber si sigues poniendo huevos o has pasado a ser gallina vieja de buen caldo.
No puedes lanzar piropos a las féminas, no puedes reírte del muerto por su careto de cera que le ha quedad después de haber abandonado el cuerpo, no scratchear, o como se diga, si va dirigido contra el político que ha scratcheado a otros pero que a él, le sienta mal. No encuentras putas del terreno porque se las han llevado a Rusia la mafia rusa y a aquellas, rusas, se las han traído engañadas a ejercer su profesión aquí. Es verdad que están buenas: jóvenes, raza aria hitleriana, pero tienen el inconveniente que no puedes hablar con ellas cuando estas metiendo, por culpa del idioma. A no ser que folles por aprender idiomas: eso entra dentro de la cultura universitaria española. Pero... ¡y lo contentos que están los padres a sabiendas de que su hijo/hija sabe tres idiomas! ¿Qué, eso no tiene sensibilidad emocional filio-patriarcal?
Me están haciendo borrego a diario y no me doy cuenta. Me están limitando el comportamiento a estereotipos muy marcados al más puro careto aburrido militar coreano. Me prohíben mear en la calle si tengo ganas y por culpa de la próstata, pero a los perros no se les prohíbe mear en todas las farolas y fachadas de las calles, por lo tanto me están tratando como individuo con menos valor que un animal. ¡Al menos igualarme, hijos de putin! Y, sobre todo, porque la próstata la tengo desecha por culpa de medicamentos, cloros y mierdas en comidas y bebidas. ¡Me encanta ser esclavo! Siento un morboso deseo de mandaros, a todos los que nos queréis esclavos, a tomar por el culo. Porque seguro es, me lo vayáis a prohibir, cuando os lo mande.
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