martes, 3 de octubre de 2017

a parte de lo escrito

en, ¿a qué jugamos?, el siguiente post.
Solo nos queda meternos contra el títere que han puesto como diana de nuestras irreverencias. El memo de Rajoy ha quedado como el culo. Por especificar la parte o canal de desagüe o cloaca humana. Es decir, lo más bajo de la enjundia humana. No obstante, el muchacho se siente superior. El ídolo de sus jefes. Aunque haya roto la cuerda de comunicación  con el pueblo español.
Mariano es el puto amo. Mariano está en la línea que le han marcado sus amos. Y eso le basta. Ha estado de presidente más de lo que se había imaginado, y eso le corona laureles de triunfador. Lo que digamos de él...: se la suda: aunque "la vergüenza sea superior a la muerte". Bien sabe que va a morir sin honores, es más... tal vez utilicen su cráneo como instrumento para conectar con el más allá. Porque si lo habéis notado: Mariano no está normal; está obnubilado de este mundo, es un zombi en el comportamiento y en el discurso. A Mariano lo están dirigiendo de forma robotizada. Tal vez le hayan inoculado un ente marciano que aún no sabe digerir las costumbres humanas. En ese caso, ¿dónde se encuentra el humano Mariano? Ni en Madrid ni en Barcelona se le ha visto estos días. Aún a sabiendas de que tenía que ir a votar con Puigdemont. Lo de tirar ladrillos a la Policía Nacional y Guardia Civil, se lo deja a los perros inservibles de la Generalidad y la CUP. Lo que me encorajina sea, que no haya defendido a quienes le guardan día y noche. ¡Qué miserable él, la Chochín de Oro, y los enfermos mentales de Montoro y Guindos! Que atajo de perros, pijos, y endemoniados. 
En fin, señores, es lo que tenemos por votación popular. Ya sabéis que no hace falta acudáis a las urnas en próximos sufragios, solo con que hagáis una fotocopia y os limpiéis el culo con ella, has votado libremente.
¡Ala, con Dios!

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